Sala Gradín servirá los comedores escolares de Arousa todo este curso

Serxio González Souto
SERXIO GONZÁLEZ VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

martina miser

Educación prorroga el contrato con el que el año pasado sustituyó a un cátering andaluz

28 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace diez meses, las comunidades escolares de seis centros públicos de O Salnés y la comarca de Caldas se levantaban en pie de guerra ante la escasa calidad de la comida que se servía en sus respectivos comedores. Las quejas, que se repitieron en diferentes puntos de Galicia, apuntaban al cátering malagueño Perea Rojas, que se estrenaba con la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria en este tipo de concesiones. Pese a sus reticencias iniciales, el departamento autonómico acabó por rendirse a la evidencia y rescindió los contratos que le vinculaban al grupo andaluz. Fue una empresa de A Estrada, Sala Gradín, la que, de forma provisional, se hizo cargo del servicio en los colegios del entorno de Arousa. Ahora, la consellería confirma que la compañía estradense continuará gestionando los menús al menos hasta que concluya este curso. Una noticia que, en general, ha sido bien recibida por los padres y madres de los alumnos afectados.

Educación explica que el contrato que firmó en marzo con el restaurante estradense incorporaba ya la posibilidad de una prórroga. «O órgano de contratación acordou prorrogar o dito contrato, que se estendía ata o 30 de xuño, para o curso actual», indican fuentes de la consellería. A este lote pertenecen los comedores de los colegios Rosalía de Castro, Vilaxoán y Rubiáns, en Vilagarcía, además del Antonio Magariños de Cambados, el CEIP San Clemente, en Caldas de Reis, y el CPI Aurelio Rey de Cuntis. Todos ellos continuarán siendo servidos por Sala Gradín.

Los problemas de la línea fría

Buena parte de los problemas que arrastró Perea Rojas en su trompicada incursión en Galicia tienen que ver con su forma de trabajar. El modelo que la firma andaluza aplicó en los comedores gallegos se denomina línea fría. La empresa disponía en cada uno de los comedores un horno que calentaba los alimentos, previamente cocinados. Nada que objetar, salvo la sospecha de que, en realidad, los menús se elaboraban muy lejos de aquí y las condiciones en las que se ponían sobre la mesa no eran, precisamente, las idóneas para una prestación tan delicada.

La consellería defendió la línea fría como un sistema perfectamente válido, siempre que se cumpliesen los requisitos necesarios para que los alimentos se sirvan en perfecto estado. Por si acaso, Educación introdujo cambios importantes en el concurso que, ya en marzo, formalizó la situación provisional de Sala Gradín, que desde noviembre se había situado al frente de los seis comedores arousanos.

Entre las modificaciones, la Xunta primaba la presencia de lácteos gallegos en los menús, la reducción de productos fríos y empanados y estableció como requisito que las cocinas en las que se preparan los alimentos no se ubiquen a más de doscientos kilómetros del lugar en el que se van a consumir. Un factor fundamental, el económico, relativizó su peso en la decisión final, pasando de suponer 50 puntos de 85 a 50 con respecto a 100. Todo ello desembocó en un incremento de 64 céntimos por menú. Solo en los centros de Arousa, el cambio afectó a 514 alumnos.

El cambio afectó a medio millar de alumnos en Vilagarcía

y Cambados