Sabina, según sus viejos compañeros de batallas musicales

VILAGARCÍA DE AROUSA

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Ya están a la venta las entradas para la «Noche Sabinera», el concierto que llegará al auditorio el 19 de noviembre

18 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Joaquín Sabina se ha convertido, mal que le pese, en uno de los clásicos de la música contemporánea española. Son ya varias las generaciones que han crecido escuchando sus canciones, intentando imitar su voz áspera y quemada, memorizando unas letras que esconden verdades como puños y, a veces, alguna mentira piadosa. Pero quizás Sabina sea Sabina porque supo rodearse de grandes compañeros para su viaje musical. Pancho Varona y Antonio García de Diego son coautores de más de cien de esas canciones con las que el de Úbeda nos desgarró. «A la orilla de la chimenea», «Aves de paso», «Contigo», «Peor para el sol»... Esas canciones -seguro que las conocen- también llevan la impronta de los hombres que trabajan a la sombra del poeta maldito y rebelde.

Desde hace un tiempo, Sabina ha espaciado su subida a los escenarios. Y sus compañeros, acostumbrados al segundo plano, decidieron dar un paso adelante y salir de gira. Así nació el espectáculo «Noche Sabinera», que ha logrado llenar allá donde ha ido. Y lo que es más importante: ha conseguido convencer y satisfacer al exigente público de Don Joaquín.

«Noche Sabinera» nació en Barcelona en 2006, y en sus diez años de vida, este espectáculo ha girado ya por toda España y Latinoamérica. En los últimos meses se ha incorporado al proyecto Mara Barros, una de las voces más destacadas del país y actual corista de Sabina.

Todos ellos -junto con el resto de su banda habitual: Jaime Asúa, José Antonio Romero y Paco Beneyto- llegarán el día 19 de noviembre a Vilagarcía. Quienes quieran asegurarse una butaca, pueden comprar ya su entrada en tiketea.com. Hay pases de doce y de quince euros, en función del lugar desde el que se quiera vivir el espectáculo.

Este estará dividido en dos partes. En la primera, lo stres escuderos de Sabina cantan parte del repertorio del artista. En la segunda, el público puede subir a cantar con ellos el tema que elijan e intentar, así, convertirse en Sabina por un día. O por unos instantes. Y, aunque no es fácil meterse en el traje y la piel de un artista tan carismático, nunca está de más intentarlo.