El potencial del entorno de la recta de Rubiáns para el desarrollo de actividades comerciales podría incrementarse en función de lo que suceda con el protocolo que el Concello de Vilagarcía firmó con Capsa (la cooperativa asturiana que posee Larsa) en febrero del 2013. El contenido de aquel documento se reflejó en un convenio cuya última fase de tramitación no ha concluido. A cambio de una serie de cesiones, que incluyen la histórica chimenea, protegida por el catálogo de bienes a conservar, la compañía ganará 9.000 metros cuadrados de superficie industrial en su enclave de Os Martices. La perspectiva de que Capsa construyese una nueva factoría justificaba sobradamente la necesidad de ese espacio. Ahora que la firma láctea ha confirmado que se limitará a intervenir sobre la planta actual, surge la hipótesis de que alguna empresa intente aprovechar ese plus de superficie que Larsa no necesitará. Todo ello pasa por la aprobación del citado convenio.