Miles de personas han llegado a la ciudad para disfrutar de la Festa da Auga
16 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Más allá de las impresiones, los datos son los datos. Si Renfe, muy querida por los universitarios, aumenta en hasta 1.700 -y bromeaba ayer el pregonero Alonso que con 1.700 personas se montaría una Mancomunidad en Extremadura- las plazas de los trenes en la línea entre Vigo y A Coruña (y viceversa) es que algo pasa. Y lo que pasa es que el tren de la playa diurna se convierte en el tren de la playa nocturna. Hordas sedientas de jóvenes tomaron Vilagarcía desde media tarde de ayer. Jóvenes ansiosos que comparecen a la llamada da la Festa da Auga aunque muchos no vayan a ver un cubo, salvo que esté repleto de hielo, ni en pintura. Su objetivo, el macrobotellón que se organiza cada noche previa a la Festa da Auga en la playa Compostela y las numerosas fiestas que florecen al albur de los distintos locales de ocio nocturno.
Todos aquellos que sobrevivan al frenesí nocturno, y los nativos que bien por su edad o bien porque prefieren disfrutar de la luz del día y no de los excesos noctámbulos, podrán gozar a partir de este mediodía de la verdadera Festa da Auga.
La cita es las 11.45 en la Praza de España. De allí partirá, escoltada por la guardia pretoriana de Os Ingleses, la imagen de San Roque hacia la capilla del barrio que lleva su nombre bailando a las sones del pasodoble Triunfo y con Carlos Guerrero -es de suponer que tocado de un vistoso sombrero- al frente. Al llegar, el pregonero escogido para la ocasión (¿será Leo Bassi?) se subirá a la grúa e intentará hacerse entender entre el rebumbio. No lo tendrá fácil pero será él quien dé el pistoletazo de salida al desparrame. A partir de ahí se abrirán los grifos -los de agua, que los de cerveza llevan horas fluyendo sin parar- que ya no se cerrarán hasta varias horas después. Quien no se moja es porque no quiere.
El tráfico en varias de las calles del centro se cerrará a partir de las once de la mañana
El centro de Vilagarcía estará cerrado a partir de las once de la mañana en varias de las calles del centro de la localidad. Según informa el Concello, a partir de esa hora no se podrá circular en coche por la Praza de España, Edelmiro Trillo, Praza Independencia, Padre Feijoo, Praza de Galicia, Conde Vallellano, Arcebispo Lago, Arapiles, Gumersindo Nartallo, Cervantes, San Roque y en parte de Arcebispo Gelmírez. Los cálculos de Ravella apuntan que hacia las dos y media de la tarde podrá recuperarse el tráfico rodado por la zona.
Al margen de que los vehículos no puedan circular durante la celebración de la Festa da Auga, desde el Concello hace ya varios días que han lanzado una campaña de información en la que solicitan la colaboración de los vecinos para que retiren los coches de las calles afectadas.
Los aparcamientos disuasorios
Por otro lado, y no solo para la jornada de hoy sino que funcionarán durante todas las fechas festivas, el Concello de Vilagarcía ha habilitado una serie de zonas para que funcionen como aparcamientos disuasorios para facilitar, de esta forma la complicada tarea de aparcar.
Los lugares escogidos están en A Golpilleira, A Escardia y en la Finca del Oro. El gobierno local gestionó con los propietarios de estos terrenos la posibilidad de que sean utilizados por los ciudadanos de forma gratuita como aparcamientos. Desde el Concello se recuerda también la existencia de bolsas de aparcamiento en Fexdega (tanto en su parte delantera como en la trasera), en la explanada TIR, O Ramal y en los supermercados de As Carolinas.
Orballo nocturno y nubes para el pregón
Que quede claro. Si de hoy dependiera, la Festa da Auga no se crearía. Cuenta la leyenda que todo empezó en un día de mucho calor y si algo parece claro es que hoy, al menos según lo que dictan los pronósticos, tendrá problemas el sol para hacerse un hueco y calentar a tantos miles que están calados hasta los huesos. La web del portal especializado 4gotas.com pronostica una temperatura máxima de 23 grados e incluso aventuraba unas gotas de orballo para la madrugada (algo que, por otro lado, no disgustará a los hosteleros). No se espera por lo tanto que los gritos de Auga salgan de la plebe por la canícula. Debe ser por otra cosa.