Detenido en Vilagarcía por tratar de asaltar un piso y amenazar y agredir a la clientela de un bar estando completamente drogado

La Voz VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Cuando fue esposado por la Policía Nacional, el sujeto se daba cabezazos contra el portal que antes había asaltado

30 jul 2016 . Actualizado a las 13:05 h.

El centro de Vilagarcía fue escenario ayer de un frenético episodio, el enésimo de un mes de julio marcado por reacciones violentas y desmedidas, como las puñaladas y el lanzamiento de huevos en Celso Emilio Ferreiro, el acuchillamiento de un gorrilla a manos de su hermano o la incursión de un sujeto en un bar en el que hizo explotar una caja de petardos. En esta ocasión, la algarada afectó también a una cafetería, aunque nada tuvo que ver el local con la causa de lo ocurrido. Un hombre fuera de sí intentó asaltar un piso, causó diversos destrozos y acabó enfrentándose a la clientela del establecimiento antes de ser detenido por la Policía Nacional. Todo aconteció en la calle Ramón y Cajal pasadas las doce del mediodía.

La primera señal de que algo extraño estaba pasando fueron las voces que el sujeto comenzó a proferir en el exterior de uno de los portales de la calle. Como quiera que nadie abría, el tipo la emprendió a golpes con la puerta hasta romperla e introducirse en el bloque. Su destino era uno de los apartamentos situados en la segunda planta, que aporreó sin clemencia mientras continuaba dando gritos. Un vecino logró agarrarlo y conducirlo de nuevo hasta la calle. Lejos de tranquilizarse, el individuo se metió entonces en un bar inmediato donde exigió que le sirviesen una cerveza. Ante la negativa de la hostelera, reaccionó con amenazas e insultos. Teléfono en mano, le lanzó un puñetazo a uno de los presentes, acertándole de lleno en un ojo. Sin más preámbulos, dos de los clientes lo arrastraron hasta el exterior del local, donde el tipo, completamente drogado, prosiguió con su vocerío y su actitud agresiva hasta que una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía hizo acto de presencia en Ramón y Cajal.

Tampoco entonces se calmó el sujeto, que incluso esposado se daba cabezazos contra el portal que poco antes había asaltado. Así permaneció durante largos minutos, insultando a los agentes, hasta que estos lo introdujeron en un coche patrulla. Ni siquiera en Comisaría se aplacaron sus ánimos, por lo que finalmente fue trasladado al Hospital do Salnés.