Los presuntos cabecillas de la red que introducía hachís ingresan en prisión

Serxio González Souto
SERXIO GONZÁLEZ VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

m. miser

Todos los implicados están acusados de un delito de tráfico de drogas, aunque dos de ellos han quedado en libertad

29 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La causa que investiga un juzgado de Vilanova i la Geltrú, a raíz de la aprehensión en el Mediterráneo de un velero con ocho toneladas de hachís a bordo, continúa abierta por delitos contra la salud pública y organización criminal. Por ello, la operación que desarrollan el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Lugo y la unidad Greco del Cuerpo Nacional de Policía en Pontevedra todavía puede deparar alguna sorpresa. De momento, esta semana plagada de movimientos termina en Arousa con el ingreso en prisión de cuatro de las seis personas que fueron detenidas el martes en Vilagarcía y Rianxo. Todas ellas testificaron ayer, distribuidas entre los juzgados de la capital arousana y de Padrón, cuyos titulares decidieron dejar en situación de libertad provisional a dos acusados, aunque sobre ambos pende la misma acusación de tráfico de sustancias psicotrópicas.

Teniendo en cuenta que otras dos personas fueron apresadas en Madrid y en Almería, y que los cuatro ciudadanos gallegos que tripulaban el Mar Blue permanecen a la sombra desde su intercepción en el Mediterráneo, hace dos semanas, el balance de la causa apunta a una docena de implicados, de los que diez han dado con sus huesos en la cárcel.

Como quiera que la sala catalana que desarrolla las diligencias no ha levantado el secreto de sumario, de momento no han trascendido los papeles concretos que se atribuyen a cada uno de sus integrantes dentro de la presunta red de narcotráfico, que, independientemente de que se practiquen más detenciones, se da por desmantelada. Fuentes de la investigación indican, de todas formas, que a esta gente se le supone una logística y una capacidad económica suficientes como para introducir hachís a gran escala en la península Ibérica.

Entre las premisas que funcionan en esta operación figura el modus operandi del presunto entramado. Alguien de la organización se encargaría de adquirir directamente el hachís en el Norte de África, fundamentalmente en Marruecos. El método de transporte es un clásico: un barco que surca el Mediterráneo desde un puerto como Argel hasta otro como Cartagena, por citar dos de las localidades que han protagonizado la investigación. La novedad reside en el modelo utilizado. La red apostaría no por un carguero o un viejo pesquero, sino por veleros de lujo -el Mar Blue, en el que viajaban las ocho toneladas que desencadenaron las detenciones, tiene doce metros de eslora- que alguno de sus miembros alquilaría. En el caso del alijo que precipitó su caída, el yate había sido contratado en Barcelona.

Hasta 14,5 millones de euros

El nivel de exigencia del que hizo gala el entramado no se limitaba a la elección de sus embarcaciones. Tampoco el material que compraba en África era una tontería. Todo lo contrario. Lo que portaba el Mar Blue en sus tripas es resina de hachís, que habría proporcionado a la red 8 millones de euros en una primera venta en España. Una vez manipulado, su precio en la calle podría haberse disparado hasta alcanzar los 14,5 millones de euros.