Vilagarcía buscará la reactivación del proyecto de ciudad cardioprotegida con los especialistas
VILAGARCÍA DE AROUSA
El ámbito de la sanidad pública está atrayendo el foco de atención de Vilagarcía en este caluroso final de julio. Al margen de las peripecias de la antigua Comandancia Naval y la situación del centro de salud de San Roque -la temperatura en el interior de sus consultas alcanza en ocasiones los 36 grados centígrados- Ravella está analizando la cobertura de la que en materia de emergencias dispone la ciudad. El principal asunto a debate es la conveniencia de que la comarca de O Salnés disponga de una ambulancia medicalizada. El único vehículo dotado de un sistema de soporte vital avanzado funciona desde Sanxenxo, y únicamente dos meses en verano. La mancomunidad espera, en este sentido, que la Sociedad Española de Medicina de Urgencias en Galicia se manifieste al respecto para plantear una reclamación unánime al Sergas. Pero hay otras cuestiones en el tintero, como la posibilidad de que la capital arousana adquiera la condición de ciudad cardioprotegida.
Hace años, la sociedad de médicos de Urgencias, que en Galicia preside Manuel José Vázquez, presentó un proyecto consistente en distribuir desfibriladores semiautomáticos en enclaves estratégicos y poner en marcha una secuencia de formación en cadena entre la población. El objetivo, reducir en lo posible la mortalidad asociada a las paradas cardíacas extrahospitalarias. La idea, que entonces se quedó en el limbo, puede ser reactivada ahora que Ravella se propone adquirir 15 aparatos. El alcalde, Alberto Varela, lo abordará junto a Vázquez en una reunión, probablemente esta misma semana.