Vilagarcía será el hogar de verano para siete niños saharauis

SARA MEIJIDE, s. g. VILAGARCÍA/ LAVOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

El Concello colabora con el programa y aporta tres mil euros para costear los gastos de desplazamiento

20 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Sáhara aterriza en Vilagarcía. Un verano más, decenas de niños saharauis llegan a la comarca de O Salnés para disfrutar, durante dos meses, de su familia adoptiva. Gracias al programa Vacacións en paz, varios niños africanos, de entre seis y trece años, disfrutan, desde hace un par de días, de unas vacaciones por tierras gallegas. Con la llegada de la crisis fueron varias las familias que tuvieron que decir adiós a esta iniciativa, ya que son ellas mismas las encargadas de financiar la estancia de los pequeños. Este año, las líneas aéreas, responsables del desplazamiento, exigieron que se realizara el pago de los billetes por adelantado, lo que dificultó la operación. Juan Bouzada, un padre vilagarciano inmerso en el plan, comenta que «la empresa aérea ha puesto trabas, pero lógicas. Los niños llegaban en junio y en septiembre aún no se había acabado de pagar el viaje». Este año, Ravella colabora con el plan a través de una donación de tres mil euros. De esta forma ayuda a costear el viaje de los pequeños, seis niñas y un niño.

Lehbib Mohamed es el único chico que este verano viene a «disfrutar y a pasarlo bien», afirma su familia de acogida. Por segundo año consecutivo, el pequeño de once años vivirá con los Bouzada Miñón y será el mayor de tres hermanos durante el verano. «Yo quería a un niño que encajase con la edad de mis hijos», explica Ana Miñón. Y es que el poder hacer planes en familia es algo que todos desean. «Jugamos al fútbol, vamos a la playa, vemos la tele juntos...», comparte Pedro, el hijo mayor. La acogida de niños del continente africano es algo que «viene muy bien» tanto por colaborar con los más desfavorecidos como para que los niños gallegos «aprendan que no todo es como ven. Que no siempre hay un plato de comida y que una camiseta es un camiseta y no hay que protestar», explica Juan.

Pero al igual que defensores de este programa, también existen detractores que opinan que enseñar un mundo tan diferente a los niños saharauis puede repercutir negativamente en ellos. «Nosotros entendemos este plan como unas vacaciones. Lehbib tiene allí a su familia, y quiere volver a verlos. Son solo eso, vacaciones», comenta Juan, y «de las que seguro le quedarán buenos recuerdos», añade Ana.

«Ver que hay otro mundo»

Disfrutar de una estancia en España puede hacer que «vean que hay otro mundo, otras metas a las que poder llegar», comenta la familia. El idioma no es un problema. «Son muy espabilados», asegura Ana, tan solo en dos días Lehbib hace alguna que otra frase completa y «entender entiende absolutamente todo». Uno de los momentos más duros para llega en el momento de la despedida. «Nosotros le compramos aquí ropa, relojes y demás, para que se lleve», aunque no saben si allí, Lehbib las conserva, si las pierde o si se las roban. «Todos le regalan cosas, y le compramos todo lo que necesite. Aquí llegan con lo puesto aunque intentamos que se lleve todo lo posible».