Una nueva huerta de O Salnés toca con los dedos la excelencia

M. Santaló VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

El propietario de la tienda A Hortiña ocupa uno de los stand de la feria de agricultura ecológica certificada

01 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La comarca de Arousa busca su hueco dentro del mercado de productos ecológicos certificados. A pesar de las dificultades que tienen los productos de huerta de la zona para hacerse con el sello verde de Craega debido, fundamentalmente, a la cercanía con terrenos dedicados a la viticultura, Agustín Lois ocupa estos días uno de los stands de la primera feria de agricultura ecológica certificada que se organiza en Vilagarcía. El propietario de la tienda de alimentación A Hortiña, situada en calle Arzobispo Lago, podrá cambiar próximamente la etiqueta de alimento casero por la de Craega en los productos que cultiva en sus huertas de Trabanca Sardiñeira. Una operación en trámite con la que ampliará el lote con esta denominación, puesto que, en la actualidad, oferta productos de otros agricultores que ya cumplen con los controles y garantías necesarios para portar esta marca.

A pesar de no poder lucirla todavía, las lechugas, patatas, acelgas, cebollas o tomates que cultiva Agustín cuentan con una manipulación totalmente manual. Los productos convencionales, «le echas el herbicida y te olvidas de ellos. Solo queda regar», explica. Esta ausencia de pesticidas es, precisamente, lo que provoca que las hortalizas ecológicas, ya sean certificadas o no, tengan que incrementar sus precios. «A los tomates, por ejemplo, les echamos ajo en polvo como desinfectante natural», relata Agustín. Este sustituto, aunque se utiliza como prevención, no evita que algunos tomates puedan enfermar y coger mildius, teniendo que desecharse así una parte de la cosecha. Para contrarrestar esta pérdida, el coste tiene que ser algo más elevado. Menos también es más en las cosechas. La tierra en la que se cultivan requiere un análisis cada medio año.

La escasez de cosechas certificadas en la comarca, donde Adelina Padín (O Grove) se ha convertido en un referente, se ve compensada con el triunfo del mar. El número de productores e industrias de mejillón y conserva supera con creces a los de agricultura. El cocedero Mejillones Rías de Arousa, de Vilaxoán, las conservas Pérez Lafuente y Conservas Selectas de Galicia son algunas de las marcas que se encuentran bajo el amparo del Consello Regulador de la Agricultura Ecológica.

Amplia variedad

Además de Agustín, la feria de agricultura ecológica certificada cuenta con una amplia variedad de productos de diferentes zonas de la geografía gallega. Bajo el eslogan de «comer ecológico no es más caro, es más sano», Celtaverde ofrece una degustación de hamburguesas de ternera. Su composición es simple: 98% de ternera, harina de trigo y pan rallado ecológico y agua y levadura. Nada de saborizantes, ni conservantes, algo que reduce los tiempos de consumo. Tienen un tope de diez días para ser consumidas, salvo la carne envasada al vacío que dispone de un mes. Al hablar de precios, por ejemplo, el kilo de carne de rubia gallega ecológica cuesta un euro más que la carne convencional.

Lorena Vence y José Manuel Otero, de la cooperativa Avega, comercializan huevos y piensos desde Agolada. Por su parte, Lucía Afonso, de Mel Savoral, trabaja artesanalmente la miel de alta montaña. Colmenas a más de 1.200 metros de altitud entre Laza y Manzaneda. A estas alturas, además de ser imposible la mecanización, se obtiene menos miel pero más densa. En lugar de los 20 kg habituales por colmena, la cantidad se reduce hasta 10 kg pero el resultado es, tal y como señala, una miel más pura. Le añaden frutos secos como almendras, avellanas y piñones para darle un toque de sabor. Suponen un 12%. El resto, solo miel, sin tratamientos.