En el Instituto Cotarelo (Vilagarcía) se imparte el mismo ciclo de Administración e Finanzas que se ofrece en el Asorey (Cambados) y en el instituto de Vilalonga. Un ciclo multiplicado por tres -igual que su hermano pequeño de Xestión Administrativa-, y con una trayectoria tan dilatada que podría parecer que ya está agotado, que ya no da más de sí. Sin embargo, las apariencias engañan. Según explican en el centro de Vilaxoán, «lo que más nos demandan las empresas son perfiles administrativos».
En el Cotarelo son conscientes de la importancia de que exista una relación directa entre la oferta formativa y el entorno. Si no existe, es poco probable que un programa de FP triunfe. Pasa con el ciclo de Asistencia á dirección, una suerte de secretariado de alto estanding que no se corresponde con el tejido empresarial que existe en la zona. Conscientes de ello, son pocos los alumnos que demandan plaza en esta formación, lo que ha hecho que en alguna ocasión se haya replanteado su continuidad. De momento, ahí sigue.
No ocurre lo mismo con el ciclo medio de Actividades Comerciais, que en una zona en la que el sector servicios tiene un gran peso, ayuda a encauzar a muchos de quienes lo cursan hacia los comercios de la zona. Claro que, fuera del centro, «las cosas están como están», y un ciclo formativo no puede hacer milagros.
En una comarca donde el número de empresas exportadoras es importante -exportamos vino, marisco, maquinaria, tecnología- el ciclo superior de Comercio Internacional parece consolidarse. El año pasado, explican desde el Cotarelo, siete de los diez alumnos que realizaron prácticas se quedaron en las empresas para las que habían sido seleccionados. «Pero ese fue un buen año», con demanda del mercado y con unos alumnos que, en contra de la tendencia general, no desatendieron sus estudios de idiomas.