PP e Ivil desoyeron la petición de la izquierda para exigir a la empresa garantías de empleo
VILAGARCÍA DE AROUSA
A la vista de los últimos acontecimientos que Vilagarcía ha padecido en la materia, se diría que ningún conflicto laboral merece tal nombre si no se acompaña de una derivada urbanística. Sucedió con la extinta Lantero -hoy DS Smith- y el binomio se reproduce ahora en Larsa. Con una notable diferencia: el convenio que hubiese permitido a la cartonera edificar en su propiedad de Rosalía de Castro llevaba años firmado. El que haría ganar 9.000 metros cuadrados de suelo industrial a la corporación láctea no llegó a desarrollarse, aunque avanzó lo suyo.
El consejero delegado del grupo asturiano Capsa visitaba Vilagarcía el 19 de febrero del 2013 para firmar un protocolo con el alcalde de la ciudad, el popular Tomás Fole. Ninguno de los dos sigue en el cargo. Astals fue relegado apenas un mes después de aquella rúbrica. José Armando Tellado, hasta entonces director general de Larsa, se convierte en el director general de la corporación en su conjunto. Fole, por su parte, pierde las elecciones municipales en mayo del 2015 frente al socialista Alberto Varela. Pero aquel documento no se quedó en una mera declaración de intenciones. Es la base de la modificación puntual del PXOM que el bipartito conservador, conformado por PP e Ivil, llevó a pleno en septiembre del 2014 y fue aprobada inicialmente con los únicos votos a favor de las dos fuerzas coaligadas.
Tanto PSOE como BNG y Esquerda Unida expresaron sus reservas y pidieron insistentemente a Fole que introdujese una cláusula en el documento para garantizar el empleo. «Es paradójico que se pongan trabas al desarrollo de una industria que, si no amplía líneas, no podría continuar en Vilagarcía», adujo el entonces regidor. Mientras socialistas y nacionalistas se abstenían, EU votaba en contra. La tramitación llegó a la Xunta, pero allí se quedó. Pese al anuncio de inversiones millonarias, los asturianos nunca concluyeron el proceso.