Padres obligados a «pedir favores a diario»

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Ni ludotecas ni campamentos ni siquiera los abuelos llegan para conciliar durante las vacaciones

17 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Hai que pedir favores a diario». Así responde Natalia Vilaboa, una madre de Pontevedra, cuando se las pregunta cómo se las apañan ella y su pareja para cuidar en el verano a Bea, de cuatro años. Natalia vive estos días pendiente de las plazas públicas de ludoteca que haya en Pontevedra. Pero, como decenas de padres, sabe que aunque tenga hueco no será suficiente. Ella trabaja en una estación de servicio a turnos. Y el padre de la niña se gana el pan, a jornada completa, en Bueu. Así que, por muchas horas de campamento que tengan, no les cubre su jornada. De ahí que hable de pedir favores. Natalia reconoce que tiran de los abuelos -que no viven en Pontevedra-, de amigos, de otros familiares... Y que toda ayuda es poca. Su historia, sin duda, le sonará a otras familias, que estos días están en vilo, pendientes de las convocatorias de ludotecas, campamentos u otras fórmulas que les ayuden a conjugar ese verbo imposible llamado conciliar.

Habla otra madre. En este caso, de familia numerosa. Es Cristina, también de Pontevedra. Ella tiene seis críos. Y su idea es que vayan a las ludotecas públicas al menos durante mes y medio. La Federación de Nais e Pais de Alumnos (Fanpa), en convenio con el Concello, es la encargada de organizar esas ludotecas de las que habla. Este año aumentan las plazas: habrá 1.650 -en el rural son por mes, en el caso urbano por quincena- y se desarrollarán en diez colegios. Habrá un campamento específico de inglés. La Fanpa espera que no quede fuera ningún niño.

Más difícil estará la cosa en Vilagarcía. El plazo de solicitud de plaza en la ludoteca ya terminó. Y hay numerosos padres cruzando los dedos: «Necesito que entre, ya se quedó fuera el año pasado», se lamentaba ayer un padre.