Operarios municipales inician la limpieza del vertedero de Trabanca

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

El lugar está plagado de los desperdicios que han comenzado a salir a la luz tras 25 años.
El lugar está plagado de los desperdicios que han comenzado a salir a la luz tras 25 años. mónica irago

Los trabajos continuarán la próxima semana y el concejal de Medio Ambiente, Lino Mouriño, se reunirá con los comuneros

29 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Operarios municipales comenzaron en la mañana de ayer la limpieza del vertedero de Trabanca Badiña. Un vertedero que, 25 años después de ser frenado por los vecinos del lugar, ha empezado a escupir las inmundicias que en su momento fueron malamente tapadas. La zona, de una superficie más que considerable, está plagada de desperdicios. Capas y capas de plásticos que han comenzado a salir a la luz una vez que la tierra que se había depositado sobre ellos está desapareciendo por la erosión de las lluvias y también con la ayuda de los jabalíes, que son fieles visitantes del lugar en busca de algún resto interesante.

La tarea se prolongará la próxima semana puesto que la cantidad de basura a recoger es más que importante. «Solo han retirado lo más gordo por el momento», apuntaba Lino Mouriño, concejal de Medio Ambiente. El edil reconoce que desconocía la situación que se estaba produciendo en Trabanca Badiña y, si bien ayer por motivos de agenda no pudo acudir al lugar para presenciar in situ el desastre, sí lo hará con total seguridad la próxima semana. De hecho, su intención es reunirse con los representantes de los comuneros para estudiar las medidas a tomar para paliar la situación.

El panorama que se va a encontrar Lino Mouriño cuando vaya al vertedero de Trabanca Badiña es lamentable. Por mucho que hayan trabajado los operarios municipales para retirar de allí lo más gordo, el gran problema es todo lo que hay por debajo. No hace falta escarbar mucho, en realidad prácticamente nada, para encontrarse con algún resto del estropicio que allí se hizo a finales de los ochenta y principios de los noventa. Allí subían cada día muchos camiones de basura para depositar los residuos que se producían en Vilagarcía y solo paró esa dinámica cuando los vecinos se plantaron, dijeron basta e hicieron hasta turnos para pasar la noche en el monte e impedir de esta forma que el estropicio aumentase.

La zona ha quedado tan dañada que los comuneros temen que la contaminación haya podido atacar las numerosas minas de agua que hay en el lugar y que se podrían aprovechar de alguna manera en el proceso de recuperación de la zona, que tiene unas vistas espectaculares, en el que se han involucrado. Lo que sí está claro es que a los árboles que allí han plantado les está costando mucho salir adelante.