Las vallas preventivas de Vilagarcía

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

<span lang= es-es >La alcantarrila eterna</span>. La obra de reparación de la alcantarilla que está en plena calle Ramón y Cajal va camino de convertirse en un «remake» de El Escorial. Varias semanas lleva el lugar vallado y la aparición en los últimos días de un palé de madera ha contribuido a incrementar el misterio.
La alcantarrila eterna. La obra de reparación de la alcantarilla que está en plena calle Ramón y Cajal va camino de convertirse en un «remake» de El Escorial. Varias semanas lleva el lugar vallado y la aparición en los últimos días de un palé de madera ha contribuido a incrementar el misterio. m. ferreirós< / span>

Las calles y los parques de la ciudad comienzan a estar plagados de estos elementos de protección que, en algún caso, llevan ya semanas colocados y amenazan con quedarse

05 feb 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

No lo tienen fácil los invidentes de Vilagarcía. La ciudad comienza a estar plagada de vallas que marcan lugares con relativo peligro o, simplemente, en obras, pero que prolongan su presencia durante semanas. Sucede, por ejemplo, en la calle Ramón y Cajal. La calle peatonal que no es peatonal porque por ella los coches siguen campando a su anchas a todas horas con el peligro subsiguiente para los peatones que por allí andan. Allí, en el medio y medio, algo debió suceder con una alcantarilla. En realidad, con su tapa. Los restos de cemento -ya seco desde hace varios días- desvelan que los operarios allí trabajaron, pero la duda está en saber por qué no han vuelto a despejar la zona. Un trozo de un palé, perfectamente colocado entre las tres protecciones y a un lado de la tapa de la alcantarilla, contribuye a incrementar el misterio.

Apenas a unos metros de allí, en pleno jardín de Ravella, hay otra zona vetada al acceso de los chavales. Allí surgió hace bastantes días un agujero en pleno césped. Pronto se valló pero aún tardaría unos días en ser rellenado de nuevo de tierra. Ahora, ya cubierto, lleva ya también varios días protegido. Quizás a la espera de que las lluvias examinen si el apaño es suficiente para que el corrimiento de tierras no se repita.

En el Miguel Hernández

Donde hay vallas de todos los colores es en el parque Miguel Hernández. Aparecen, por ejemplo, para proteger a los viandantes del lugar en el que falta uno de los aparatos de la gimnasia de mantenimiento. Allí están los tornillos, que dan buena fe de que en el lugar debería haber uno de esos columpios, pero que falta desde algún tiempo.

Las otras dos vallas están a la vera del carril bici. En la zona del parque que linda con el vial portuario. Las primeras están en la zona central del lugar y protegen unos cables que salen desde el suelo. Tiene toda la pinta que allí debía encontrarse una farola que, por algún motivo, ha desaparecido.

Parecida situación se produce en el tramo final del parque, el más cercano a la entrada a la playa de A Concha. De nuevo, unos cables al aire y unos tornillos parecen indicar que de allí ha volado otra farola.

Si en ambos casos se tratara de la desaparición de sendas farolas, parece claro que la presencia de las vallas tiene muchas posibilidades de prolongarse porque no parece fácil que se restituyan de manera rápida.

El obelisco

En todo caso, y en el fondo de la presencia de las vallas en la calles, subyace la acumulación de vacaciones en estas fechas de los operarios de Obras. Según reconocen fuentes municipales, las fechas navideñas y los primeros días del año son las que ha escogido una importante cuota de operarios municipales para coger sus vacaciones.

De hecho, es la ausencia de operarios que puedan afrontar la operación lo que explica el hecho de que desde el Concello no se haya acometido todavía la instalación del obelisco en la calle Rey Daviña. Cabe recordar que cuando se produjo toda la polémica, allá por el mes de noviembre, desde Ravella se aseguró que la colocación del elemento se acometería a la mayor brevedad.

En este sentido, y en cuanto a la colocación del polémico obelisco, fuentes municipales apuntan a que se procederá en cuanto haya un número de operarios suficiente, que permita no desatender otras tareas -en los últimos días y con la tregua de la lluvia han procedido al bacheado de muchas calles que estaban en un pésimo estado- a la colocación del elemento en el lugar escogido. Hace ya muchas meses que el obelisco fue retirado de su ubicación en la plaza de la Constitución y en los primeros días del mes de mayo del año pasado -hace ya nueve- Tomás Fole ordenó comenzar su instalación, a la postre frustrada, en la plaza de la Galicia.