La agonía del acuario cobra velocidad

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Tragsa desembarca esta semana en Vilagarcía para acabar con el edificio de Portela

01 dic 2015 . Actualizado a las 11:46 h.

Treinta años después de su construcción, el edificio que el arquitecto César Portela diseñó para acoger el acuario de Vilagarcía, un proyecto que jamás llegó a puerto alguno, tiene los días contados. Tras concluir la retirada de todo cuanto ha podido, el Consello solo aguarda a que la empresa pública Tragsa desembarque en la capital arousana para ver despejada la playa de A Compostela del malhadado inmueble.

El vaciado ejecutado en el acuario es un desmantelamiento en toda regla. Lo que se hace más evidente, y ayer resaltaban los muchos caminantes que recorren el paseo marítimo entre el centro y Carril, es la ausencia de las cristaleras frontal y posterior de la edificación, cuya forma reproduce aún la de un hórreo que se interna tímidamente en el mar. Opiniones hay para todos los gustos. «Ya era hora de que lo tirasen, porque no valía para nada y estorbaba más que otra cosa», afirma un individuo embutido en un chándal. «Pues a mí me da pena, lo que se tira ya no se levanta», tercia una mujer mientras pasea a su mascota. Las vidrieras, en fin, ya no están. Muchas otras cosas tampoco.

Ni puertas ni escaleras

Aunque unas vallas advierten de que el paso al interior del acuario no está permitido, no es difícil acceder a él. De hecho, a lo largo del fin de semana sus paredes desnudas han recibido bastante más visitas que en muchos meses, cuando el Centro de Interpretación da Ría de Arousa funcionaba entre ellas. Ya no hay puertas, ni ningún mostrador que no fuese construido de obra. Ni siquiera escaleras. Resulta imposible ascender a la planta superior. Lo que sigue y seguirá en su sitio es la magnífica vista que se divisa desde la dependencia principal del edificio, esa gran salón concebido como un mirador sobre el mar. Dos mariscadoras hacen su trabajo a la sombra del piorno. Seguirán a ello cuando ya no exista. «Esta semana», sentencian fuentes municipales.

crónica el final de una obra maldita