Una tarjeta de crédito para pagar el pescado

Serxio González Souto
s. gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Los propios placeros reflexionan sobre la forma de vender.
Los propios placeros reflexionan sobre la forma de vender. m. irago< / span>

Medidas sencillas pueden contribuir a atraer nueva clientela al mercado

31 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El palabro viene a significar algo así como la labor de guía que alguien experimentado ejerce para contribuir a optimizar la actividad profesional de otra persona. En el caso que nos ocupa, el méntoring tiene como epicentro la plaza de abastos y como participantes a una quincena de comerciantes del recinto municipal. Impulsado por el Concello de Vilagarcía, el programa se escenificó ayer en las instalaciones del mercado a fin de que fuesen los propios placeros quienes realizasen un diagnóstico sobre la forma en la que se desarrolla la venta tradicional de productos y reflexionen sobre las vías para mejorar su eficacia, atrayendo a nueva clientela. En ocasiones, subraya Diego Parajó, uno de los conductores de la iniciativa, son las medidas más sencillas las que obtienen un mayor rendimiento.

La experiencia de varios de los vendedores que intervinieron en la anterior edición respalda la apreciación de Parajó. «O mellor exemplo ofrecéunolo unha peixeira que contou que facéndose cunha TPV para pago con tarxeta as súas vendas no verán medraron moito». La fórmula, claro está, no es factible para la venta de mercancías como las hortalizas, que tienen un precio muy bajo y acostumbran a adquirirse en pequeñas cantidades. Pero sí para productos que, como el pescado y el marisco, dan lugar a transacciones más voluminosas. No todo, sin embargo, tiene por qué pasar a través de una línea telefónica. La simple colocación de una pizarra de precios le facilita mucho la vida al cliente.

Quién vende y quién compra

Uno de los grandes retos de la plaza, explica Parajó, reside, precisamente, en la capacidad del recinto para atraer a compradores que rompan el perfil clásico de una persona de edad avanzada, con tiempo que dedicar a una compra pausada y costumbres tan arraigadas como el regateo. «Hai moitos matices, xente que é moi boa no trato co público e ideas novas que ir traballando como o xeito de presentar o produto». Tras esta incursión práctica, toca volver a las aulas del auditorio la próxima semana.