La actividad empresarial sufre una grave parálisis en O Salnés

Hace ya unos años que la comarca de O Salnés se sobresaltó con el progresivo cierre de empresas emblemática como Cedonosa, Alfageme, Cuca o Novo y Sierra. Eran los peores años de la crisis y se creía que ya entonces la recesión había tocado fondo, o dicho de otra manera, que las cosas no podían ir a peor. Pero sí pueden, y la prueba es que todo ese tejido industrial que se perdió, y que antes y después vino acompañado también del cierre de comercios que llevaban décadas activos como la relojería Silva o la droguería Salgado, nunca más se recuperó. Porque si bien es cierto que ya no se cierran empresas al ritmo de antes, tampoco se vislumbra una recuperación que permita afirmar que se está produciendo un relevo en la actividad comercial e industrial de O Salnés. La prueba la ofrece en bandeja el Instituto Galego de Estatística, donde se puede comprobar que la creación de nuevas empresas es incluso menor ahora que en los peores años de la crisis.

En lo que va del 2015, se crearon 127 sociedades mercantiles en la comarca; en casi todos los casos son comercios o pequeñas empresas formadas por autónomos que tratan así de huir de una situación de desempleo que se alarga años. Son pocas. De hecho, son casi las mismas que en ese mismo período se crearon en el 2012 (119). En los años siguientes, a pesar de ser los más duros de la crisis, hubo más sociedades y empresas que abrieron sus puertas ?lo cual no quiere decir que sobrevivieran?. De enero a septiembre del 2013 se crearon 140, y en esos nueve meses del 2014 fueron 145. De seguir el presente año con la misma tendencia, se cerrará con una parálisis de la actividad empresarial que no parece tener salida, como si no hubiese posibilidad de recuperación por mucho que la macroeconomía haya mejorado.

La situación no es buena en ningún concello, aunque lógicamente son los de más tamaño los que registran una mayor creación de empresas; 35 en Vilagarcía y 36 en Sanxenxo. En otros municipios, el dato no es más que una anécdota, como ocurre en Pontecesures, Valga o A Illa, con solo dos nuevas empresas en cada concello. Y no está de más recordar que en los peores años de la crisis se cerraron hasta 5.000 empresas en la comarca.

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