El extraño caso del soplador de hojas extraviado

VILAGARCÍA DE AROUSA

El lote de llaveros perdidos -ojo al de Cristiano- merecería un lugar en el viejo bar Mariño.
El lote de llaveros perdidos -ojo al de Cristiano- merecería un lugar en el viejo bar Mariño. mónica ferreirós< / span>

A Objetos Perdidos en Vilagarcía va a parar de todo un poco; solo en la Festa da Auga se recogieron 30 carteras

04 sep 2015 . Actualizado a las 08:14 h.

A alguien se le ocurre cómo puede extraviarse uno de esos compresores que los jardineros suelen llevar al hombro en otoño? Un señor aparato con su señor tubo incluido. Una cosa es perder el llavero con la cara de Cristiano Ronaldo que te regaló un cuñado -algo que en determinadas circunstancias sería incluso deseable- y otra dejarte en algún lado un trebello de semejante tamaño. Sin embargo, un soplador de hojas en perfecto estado permanece desde hace un mes en el departamento de Objetos Perdidos que la Policía Local gestiona en Vilagarcía. «Se les debió de caer de una furgoneta en Rodrigo de Mendoza y nadie ha venido todavía a por él», indica uno de los agentes de servicio mientras él y sus compañeros hacen memoria acerca de los adminículos más extraños que han visto desfilar en este peculiar bazar.

Del carrito al llavero

El soplador de hojas tal vez se lleve la palma. Pero el carrito de niño tampoco está mal. Sin ocupante, afortunadamente. «Si lo piensas no es tan extraño, vas con prisa, coges al niño, lo acomodas en el coche y te vas sin darte cuenta de que te dejas atrás la silla», propone otro policía como hipótesis. Puede ser. Uno conoce ya a estas alturas a algún tipo capaz de depositar el móvil en el capó y arrancar, sembrando las esquinas con teléfonos. Aquí hay también una bici. Un audífono. Y no es el primero. «Es una pena, porque hay un señor que venía prácticamente una vez al mes a preguntar por el audífono que perdió en la playa, pero no es este». El aparato extraviado podría costar unos nueve mil euros. No es ninguna tontería. Por aquí se han visto dos estetoscopios, joyas -hay una caja fuerte que mantiene a buen recaudo los objetos de mayor valor-, incluso un sobre con 15 euros en su interior. Hubo quien pudo llevarse 50 euros aparecidos junto a un móvil su propiedad pero no quiso hacerlo porque, honradamente, no eran suyos. Para que vean. En esto de los dineros y las carteras, las fiestas acostumbran a dejar tras de sí una buena cosecha. Treinta solo en la Festa da Auga, que ya han sido remitidas a sus propietarios tras ser localizados a través del DNI o de alguna tarjeta. Un par de monederos y varias llaves son de As Revenidas.

Dos años de margen

Las cosas más manejables se guardan en cajas, junto al mostrador de la policía. Las más aparatosas acaban junto a los calabozos. Aunque la condena no tiene por qué ser demasiado larga. Si en dos años nadie ha reclamado el bien extraviado, quien lo haya encontrado y depositado en Objetos Perdidos puede reclamarlo. Los agentes se cuidan, para ello, de solicitar siempre un número de teléfono. Si no es así, quién sabe. Entre cartillas de banco asoma un carné de identidad de aquellos azules, una papela en toda regla. Su titular tendría que haberlo renovado en 1998. Onde vai.