Algo huele mal en la playa de A Compostela

Serxio González Souto
s. gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

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Aquel verano del 2003. La estampa ya se ha corregido, pero dice mucho de por qué la playa perdió bandera azul aquel año. V. MEJUTO< / span>

Mala planificación, nefastas prácticas y una red saturada hacen del agua de baño una ruina

30 ago 2015 . Actualizado a las 13:47 h.

Cuentan las crónicas que uno de los factores que dieron brillo a las campañas de Julio César fue la impoluta construcción de las letrinas de sus campamentos. El Divino Julio jamás se asentaba en un lugar que no dispusiese de una buena corriente de agua, capaz de llevarse lejos las deposiciones de sus tropas y evitar, así, nauseabundos olores y un foco cierto de infecciones.

Dos mil años después seguimos confiándole al agua no solo el maloliente material excedente de nuestros cuerpos serranos, sino también cuanto nos sobre y se nos pase por la cabeza. En los bombeos de Vilagarcía aparece de todo: balones, compresas, preservativos, medio pollo, sillas. Cualquier objeto es susceptible de acabar en el váter y la alcantarilla, incluyendo esas toallitas húmedas que la llegada de un niño a casa consagra en producto de uso cotidiano para siempre y son, por indestructibles, el enemigo número uno de la red.

Sucede que en época de César los excrementos de las legiones constituían un inconveniente ínfimo para el sostenimiento del equilibrio ambiental. Hoy, las secreciones corporales de doscientas mil almas manando a diario hacia la reserva marina más productiva de Europa son un problema de primer orden. Para colmo de males, hemos olvidado la sana habilidad que el dictador romano mostraba a la hora de decidir dónde plantar la tienda.

Es probable que nadie se tomase muy en serio el hecho de que, aunque flotante, la población de Carril se incrementaría en centenares de vecinos con el desarrollo urbanístico de A Tomada y la construcción de una copiosa urbanización en Veiga de Lamas. Destruyendo, de paso, una de las zonas de alivio de las aguas de escorrentía que descienden de Xiabre. Atentos a las definiciones del diccionario de la Real Academia Galega. «Veiga: Terreo baixo, amplo e fértil, xeralmente ás beiras dun río». «Lama: Masa branda que se forma ao mesturarse terra, area, follas, con auga». ¿Qué parte no habrán entendido los promotores? Quienes se atreven a proclamar que el gallego carece de utilidad, ahí tienen algo en lo que pensar. Sirve, como mínimo, para que no te tomen el pelo vendiéndote una casa sobre un pantano. Después llegarán las humedades y las inundaciones.

La red de alcantarillado está saturada por esta nefasta planificación del incremento de orines. La depuradora de Ferrazo desborda, como advierte un día sí y otro también Espina y Delfín. ¿Y aún se extrañan de lo que pasa en la playa? Nuestra inmundicia, unida, jamás será vencida.