En el momento en el que el pleno de Vilagarcía atajó cualquier recalificación mientras Lantero no garantizase el empleo, el departamento municipal de Urbanismo expresó ya su opinión al respecto. Tanto la moción aprobada por unanimidad a instancias de EU como la intención de la empresa de ejecutar el convenio del 2004 necesitaban un mismo tratamiento: «A tramitación e aprobación dunha modificación puntual do Plan Xeral de Ordenación Municipal ou a súa incorporación á futura revisión do PXOM», recogía su informe.
El fantasma del uso comercial
La fase de revisión no solo se antoja el terreno adecuado para negociar el futuro urbanístico de los terrenos. Es, además, el instrumento con el que el Concello puede evitar que se repita el caso Megasa. Esto es, impedir que el solar siga manteniendo la posibilidad de un uso comercial que la normativa en vigor sí le concede. En otras palabras, si sus propietarios, a la sazón José Lantero e Hijos, quisiesen hacerlo, podrian impulsar un expediente para la creación de un centro comercial en Rosalía de Castro, frente a la playa de A Compostela.
Lo ocurrido con la vieja Metalgráfica guarda, de hecho, un absoluto paralelismo. Cuando la multinacional Ardagh compra la empresa, se hace con su marca, su plantilla y su actividad, no con los terrenos, que siguen en manos de la familia propietaria. El resto, proyecto de Alcampo incluido, es bien conocido en la capital arousana. Tampoco DS Smith quiere saber nada del solar.