Lantero garantiza a la plantilla el mantenimiento de sus contratos
VILAGARCÍA DE AROUSA
La dirección afirma que la venta no modificará sus condiciones laborales
28 jun 2015 . Actualizado a las 00:44 h.Veinticuatro horas después de su anuncio, ayer comenzaron a aclararse algunos aspectos cruciales en relación con la venta de Lantero Embalaje a la corporación británica DS Smith, hasta ahora socio minoritario del grupo cartonero. Para empezar, la confirmación de que, siquiera de forma concisa, la dirección de la compañía sí comunicó el jueves a sus trabajadores la existencia de la operación. Lo hizo a través de un escrito que, aunque breve, contiene un compromiso fundamental. Es más, difícilmente ningún otro podría revestir mayor importancia por cuanto respecta a la plantilla: la transacción no supondrá, al menos de principio, ninguna modificación en las condiciones contractuales de los 128 operarios que conforman la masa laboral de la planta de Vilagarcía.
Así lo explica el presidente del comité de empresa, Jesús López, quien precisa que el comunicado fue remitido a uno de sus compañeros. Más allá de comprometerse a que la venta no alterará las condiciones laborales de los trabajadores, el documento recoge a grandes rasgos los términos de la operación que tanto Lantero como DS Smith han dado a conocer. Esto es, la venta de todos los activos de la división de cartonaje al grupo británico. En ella se incluyen las tres plantas que la empresa posee en Galicia (además de la de O Pousadoiro, bajo la denominación José Lantero e Hijos, también las de Cartogal, en A Pobra do Caramiñal, y Tecnicartón, en O Porriño).
Por ahora, son los vendedores y todavía propietarios de las factorías de cartonaje quienes se han puesto en contacto con los trabajadores. Así, el vicepresidente del consejo de administración, Andrés Lantero, mantuvo una entrevista con el comité de empresa del grupo en Madrid. Al margen de confirmar que Lantero se desprende de esta división para centrarse en el mundo del plástico, que según la corporación le proporciona el 80% de su facturación actual, el directivo anunció que la intención del staff es celebrar reuniones semejantes en cada una de las factorías involucradas en la operación.
Por lo que respecta a las instalaciones de O Pousadoiro, el comité espea poder reunir a los trabajadores a finales de la semana que viene para, ya con mayor información en la mano, abordar la apertura de la nueva etapa.
La garantía de estabilidad laboral se antoja esencial para el proceso de transición que se abrirá en cuanto la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia autorice la venta, cuestión que previsiblemente se materializará a lo largo del tercer trimestre de este mismo año. No en vano, el acuerdo rubricado en febrero puso fin a una de las huelgas más prolongadas de cuantas se han desatado en Galicia en las últimas décadas, con cuatro meses de duración. La plantilla está formada hoy por 128 operarios, después de que cuatro personas se acogiesen a bajas incentivadas o jubilaciones anticipadas, las figuras que el documento fijaba como vías para la amortización de puestos de trabajo.
Por lo demás, los compromisos que pusieron fin al paro parecen estarse cumpliendo e incluso el expediente de regulación temporal se ha visto superado por el nivel de actividad de la planta.