Céltiga y Ribadumia se pelean ahora por seguir vivos en la Copa

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

RIBADUMIA

martina miser

Los dos equipos dejan hoy atrás la tensión del dramático final de Liga, con el técnico isleño confiando en el ascenso del Dépor B y el aurinegro haciendo balance

17 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Solo tres días después de vivir el descenso, al menos de momento, pese a su contundente 3-0 sobre el Castro, el Céltiga vuelve a competir esta tarde, a partir de las 6, sobre el césped del Salvador Otero. Y lo hace en partido oficial. Con el Ribadumia, el ganador del esprint final a dos por la permanencia de la última jornada de Liga en Tercera División como rival. Esta vez, a partido único, en los octavos de final de la Copa Deputación.

Los técnicos de ambos equipos encaraban ayer el choque con discursos diferentes en lo que se refiere a lo acabado de suceder. El isleño, Edu Charlín, lo hacía desde el convencimiento de que «vai subir un equipo galego na promoción a Segunda División B». De hecho, confía en que «en quince días poidamos valorar a tempada do Céltiga de boa» cuando ahora mismo, virtualmente descendido por el arrastre del Somozas, «lle dou un aprobado».

No en vano, resalta Charlín, el Céltiga acabó su campaña de regreso a la Tercera quinto por la cola de la clasificación con 47 puntos. Diez más que un Castro que encabezó la lista de cuatro descensos directos un puesto por abajo. En una categoría «moi igualada», comenta, «era importante ter xogadores determinantes», de los que marcan la diferencia a base de goles. Y de eso no dispuso el Céltiga, que sin embargo «deu a cara en todos os partidos, agás o de Cangas», en la penúltima jornada, viéndose superado en dicho encuentro por el Ribadumia en la tabla. Eso, pero sobre todo «as sete xornadas que encadeamos sen gañar na primeira volta» resultaron letales en opinión de Charlín, que se define como «o maior culpable» de la posición final de su equipo.

Respecto al choque de hoy, el técnico local dice que «encaramos a Copa con ilusión», y muchas bajas. Sin los lesionados Chiqui, Nelo, Jónathan, Carlos y Estefan, ni Ramón, de oposición, y con Berros duda hasta última hora.

Claro que por ese lado las cosas están igualadas. Con un Ribadumia sin Pacheco, Rafita ni Bugallo, incapacitados físicamente, ni el pichichi Changui, trabajando. Su entrenador, David Sierra, aspira a ampliar la temporada con una defensa de circunstancias. Aunque no al nivel de la última jornada de Liga, en la que tuvo que salvar el partido por la permanencia frente al As Pontes con tres zagueros de 19 años y un delantero reconvertido a lateral.

«Fue un año muy difícil, muy difícil», declara Sierra. Sobre su continuidad o no en el Ribadumia, comenta que «se hará lo que mejor convenga al C.D. Ribadumia y sus dirigentes. Después de este partido de Copa, cuando ellos lo estimen, hablaremos».

David Sierra resalta que «han sido dos años complicados en el Ribadumia, este último por las circunstancias externas e internas, con tantos jugadores enfermos y lesionados. Y aún así, el equipo mantuvo el rumbo». Una travesía en la que «hemos encontrado el apoyo del club», que le agradece a su directiva.