La comarca de los mil composteros

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

RIBADUMIA

MARTINA MISER

Vilanova y Ribadumia se incorporan este mes al proyecto de Sogama para promocionar el reciclado de residuos orgánicos en los propios hogares

21 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue allá por 1997 cuando el término compost empezó a aparecer en los periódicos de la comarca a cuenta de una iniciativa pionera que se puso en marcha en A Illa de Arousa. Al carro de proyecto Life, el joven Concello decidió explorar una nueva vía para reciclar los residuos orgánicos, que en realidad no era tan nueva porque lo de convertir los restos de comida en abono se lleva haciendo toda la vida en las casas donde hay huerta. Lo que sí era novedoso era el recipiente y el nombre que se daba al abono que resultaba del proceso de descomposición de la materia orgánica: compost.

Todavía habrían de pasar años para que este sistema de reciclaje se implantase en otros concellos de la comarca. El primero en recoger el guante fue O Grove, le siguió Meis y a partir de este mes 120 hogares de Ribadumia y de Vilanova incorporan este modelo gracias a un plan auspiciado por Sogama. Los composteros los regala la sociedad participada por la Xunta de manera que el material no le supone ningún coste a los concellos y la propia Sogama se encarga de impartir las charlas a los vecinos. En Ribadumia, los interesados en llevarse un compostero para casa tienen de plazo hasta el sábado para inscribirse en el Concello.

Comienza el reparto

Meis también va a recibir una nueva remesa de 25 composteros y en Vilanova ya empezaron a repartirlos la semana pasada en Baión, con la colaboración de la asociación O Castro. Dice el alcalde Gonzalo Durán que si el sistema funciona, desde el Concello se va potenciar en otras zonas del rural «porque en los pisos, la verdad, no lo veo», explica el regidor.

El compostaje requiere un espacio para colocar el recipiente, preferiblemente al aire libre, e implantar la rutina de verter en él todos los residuos de naturaleza orgánica que se produzcan en el domicilio.

El sistema tiene ventajas económicas y ambientales. Económicas porque todo los residuos que se convierten en abono, que por otra parte son los que más pesan, se evita que vayan a parar al contenedor verde, con lo cual se reduce el volumen de la basura que se envía a la planta de tratamiento y, en consecuencia, la factura que debe pagar el Concello a Sogama. Ambientalmente, el compostaje no solo contribuye a reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera sino que produce un abono ecológico de gran calidad.

Para los tomates

Frente a las reticencias iniciales, los concellos se van abriendo poco a poco al compostaje hasta el punto de que, actualmente, los composteros registrados en O Salnés rozan el millar. El hecho de que en esta comarca haya un importante porcentaje de población que vive en zonas rurales favorece que la receptividad sea mayor pues, quien más quien menos, cultiva unas lechugas o unos tomates para autoconsumo, a los que el compost le viene de perlas.

«Eu xa facía isto antes, pero na leira, ao lado do pilón»

Carmen Barreiro es una vecina de Baión (Vilanova) que acaba de estrenar el compostero «pero eu xa facía isto antes, na leira», explica. Viniendo de casa de labradores como viene, sabe perfectamente que las cáscaras de huevo, la borralla de la cocina y los restos de la comida son un abono perfecto para la huerta. Pero como buena socia que es de O Castro, siempre que puede se brinda para colaborar en los proyectos que desarrolla la asociación, y ahora toca el compostaje. Ayer todavía estaba familiarizándose con este artefacto de un metro de alto, de color entre gris y verde, que ha colocado en un rincón de la huerta y que va a sustituir al tradicional sistema a cielo abierto que venía usando al lado del pilón. Según le contaron en la charla que ofrecieron la semana pasada en la parroquia, tendrá que esperar seis meses para obtener el abono ecológico, abono que utilizará en cuanto sea posible para cultivar la verdura y las judías que después comerán en casa. El compostaje es un método perfecto para la agricultura de autoconsumo pues se opera con cantidades pequeñas que no llegan para abastecer un invernadero, «e este din que é un abono moi especial», comenta Carmen Barreiro.

«Somos os único Concello que bonifica a compostaxe»

La concejala de Medio Ambiente de A Illa, Dolores Folgar, no oculta su orgullo por la apuesta que hizo y sigue haciendo este Ayuntamiento. «Somos o único Concello de Galicia que bonifica a compostaxe. Desde o 2008 descóntanse seis euros no recibo do lixo a todo aquel que fai compostaxe. E damos todas as facilidades». Se refiere a que el reparto de los recipientes es gratuito y a que el Concello corre con el suministro de la materia vegetal que se precisa para el proceso de descomposición de los restos orgánicos y su posterior conversión en abono ecológico. Personal municipal acude a menudo al monte para cortar el tojo, que después llevan al almacén situado detrás del Concello y van suministrando en bolsas de plástico a quienes lo piden. En A Illa han conseguido que 450 personas hagan compost en casa, lo cual representa casi el 10 % de la población, «e segue vindo xente a apuntarse».

Después de tantos años, hay vecinos que no solo le han cogido el truco sino que experimentan a la hora de elaborar compost a la carta -más o menos grueso-, en función del cultivo de que se trate. «Hai quen o usa aos dous meses e hai quen espera aos seis», explica Folgar.