Pontecesures es una localidad con una vida política ajetreada, con un trasiego importante de siglas y con un trasvase de nombres de una lista a otra. La nueva alianza surgida en la localidad no se puede calificar de sorprendente: Maribel Castro y Ángel Souto debutaron en la política local en el PP, del que se fueron apartando por diversas cuestiones. Así que su reencuentro en esta moción de censura parece caer de cajón. Aunque, claro, la lógica no siempre funciona en política. De eso saben bastante en O Grove. Mientras en todo el país surgen nuevas formaciones, fragmentando los escenarios y las corporaciones, en la península meca viven el fenómeno contrario: las formaciones independientes, antes tan características de la localidad, han ido desapareciendo. Eso no impide que los mecos sigan calificándose, en lo que a política se refiere, como «especiales». A fin de cuentas, fue en esta localidad donde se registró la primera moción de censura de Galicia. Se produjo en el año 1985, cuando partidos de izquierdas y de centro se unieron para sacar de la alcaldía a Bea Gondar. Desde entonces, la sombra de otras mociones de censura planeó periódicamente sobre corporaciones formadas por gobiernos minoritarios. Pero no llegaron a cuajar. Tampoco prosperó el amago con el que Nené Barral, siendo ya independiente, intentó arrebatar al que siempre había sido su partido (PP) la que durante años había sido su alcaldía (Ribadumia). Ahora, en el municipio de Pontecesures se consuma la segunda moción de censura en la orilla sur de la ría de Arousa. Llega en un momento en el que ese tipo de movimientos están al orden del día (véanse los casos de Noia, Oia, Boimorto...). Por aquí, sin embargo, las cosas parecen tranquilas. En Cambados y Ribadumia las alianzas de gobierno parecen estables. En O Grove y Vilagarcía, las amplias minorías del PSOE parecen sostenerse.