Las nuevas líneas de bus mantienen la descoordinación con el ferrocarril

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

O GROVE

MARTINA MISER

Los viajeros que se muevan entre Santiago y O Grove tendrán que aguardar entre 30 y 51 minutos en la estación de Vilagarcía para combinar ambos medios de transporte

11 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La ventaja estratégica de disponer de una estación de ferrocarril conectada al principal corredor de Galicia siempre ha sido desaprovechada en O Salnés. Una comarca mal articulada en sus comunicaciones internas, privada de un sistema eficaz de transporte público tanto interno como externo, si exceptuamos a la propia Vilagarcía, que por lo menos sí le saca provecho a su condición de escala del Eixo Atlántico. Aunque no, obviamente, para convertirse en la vía que canalice los desplazamientos a lo largo y ancho del territorio de Arousa. Las renovadas líneas de autobús que están a punto de ser adjudicadas por la Dirección Xeral de Mobilidade tampoco contribuirán a mejorar la denominada intermodalidad, esto es, la coordinación entre diferentes medios de transporte. Basta echar un vistazo a las tres frecuencias diarias de cada uno de los dos servicios que unirán la capital arousana con O Grove -tan solo una en cada sentido en fines de semana y jornadas festivas- para comprobarlo.

Cualquier viajero que se mueva entre Vilagarcía y O Grove tendrá que aguardar un mínimo de 27 minutos y un máximo de 51 para poder combinar el ferrocarril y el autobús. Los tiempos de espera se antojan excesivos para convertir esta fórmula en un sistema eficaz de comunicación. La única excepción sería el tren que, procedente de Santiago, llega a la estación vilagarciana a las 17.03 horas. Diecisiete minutos más tarde, un autocar zarpará del Hospital do Salnés para dirigirse a Vilagarcía y enfilar el camino a O Grove. Lamentablemente, el tiempo que el vehículo emplee en cubrir la distancia entre el centro médico comarcal y la estación de autobuses probablemente anule esta ventaja.

Así las cosas, está claro que la reivindicación que parte de la alcaldía meca, en el sentido de que la reformulación de las líneas de autobús hiciesen de la estación de Vilagarcía la referencia del ferrocarril para O Grove, tendrá que continuar esperando, al igual que los viajeros que deseen utilizar el transporte público.

Una solución para salir del paso

La Consellería de Infraestruturas e Vivenda es consciente de que el esquema que entrará en vigor a partir de agosto, momento en el que entrarán en funcionamiento las nuevas líneas, mantiene la descoordinación pertinaz entre el transporte por carretera y por ferrocarril. Fuentes del departamento autonómico recuerdan, en este sentido, que la Xunta se ha visto obligada a trabajar contrarreloj para evitar que el abandono de un buen número de concesiones por parte de las compañías del ramo dejase a muchos gallegos, entre ellos a la mayoría de los arousanos, en la cuneta. En otras palabras, su propuesta de cuatro líneas remozadas no es la fórmula definitiva, sino un contrato provisional, de dos años de duración, para garantizar que el servicio siga funcionando.

«A data de referencia é o 2019; será entón cando o plan de transporte público se execute de forma integral, tendo en conta todas as cuestións que, coma esta, se vaian comprobando», subraya la Dirección Xeral de Mobilidade.