Tercer intento para dotar a O Grove de un recinto cultural

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

O GROVE

Hasta tres veces contó la localidad con un proyecto para esta infraestructura: O Marino, el Cicri y Monte da Vila

25 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Dice el refrán que a la tercera va la vencida y el equipo de gobierno de O Grove, que preside José Cacabelos, espera que así sea. Esta noche presentarán a los vecinos el que se ha convertido en el proyecto estrella de su mandato: el futuro auditorio de Monte da Vila. El objetivo de este encuentro es el de recabar los apoyos necesarios para sacar adelante la obra. El regidor asegura que tiene listo el proyecto y también la financiación. «No vendemos humo, es un auditorio con escuela de música y, si conseguimos el respaldo de la oposición y de los vecinos, lo vamos a hacer», asegura categórico. Tiene que hacerlo. Este es el tercer intento que hace el municipio por lograr una infraestructura cultural de estas características. El primero fue el cine O Marino, «que fue una gran pérdida y que era una opción mucho más económica que la actual», añade.

«El sábado -por hoy- es un día importante para este pueblo», argumenta el regidor. Que O Grove precisa un auditorio es una realidad. El municipio tiene una gran vida cultural y apenas una biblioteca en la que desarrollarla bajo cubierto. Así que no es de extrañar que los diferentes colectivos de la localidad lleven años reclamando una infraestructura de estas características. Fue el propio Cacabelos el primero en ofrecer una opción, en su anterior mandato como alcalde. El cine O Marino estaba en venta y el entonces regidor no dudó en hacer una oferta para comprarlo. «Podíamos comprarlo por 700.000 euros a pagar en diez años y con una inversión de 200.000 o 300.000 euros hoy tendríamos un auditorio en pleno centro y con capacidad para 450 personas», explica.

Pero Cacabelos perdió la alcaldía antes de poder cerrar la operación. Y su sucesor en el cargo, Miguel Pérez, desechó el proyecto. Apostó, en cambio, por el Centro de Interpretación da Carpintería da Ribeira, más conocido como Cicri. Era un edificio singular, con forma de barco y construido en madera, que iba a acoger un museo sobre la carpintería de riberia y, al mismo tiempo, un auditorio. Tenía, además, la posibilidad de habilitar un escenario en el exterior, para celebrar actividades durante el verano. Con el proyecto listo y la financiación bajo el brazo, Pérez intentó llevar el proyecto al pleno, para que le diera el visto bueno. Pero Aida Filgueira, concejala de A Meca que formaba parte de su propio gobierno, se negó a respaldarlo. Así que, una vez más, la obra se quedó en el cajón a las puertas de las elecciones municipales. Volvió a cambiar el gobierno en O Grove, Cacabelos regresó a la alcaldía y, con él, el Cicri desapareció de la agenda de O Grove. «No era un auditorio, era un centro multiusos», argumenta el ahora regidor.

Así que el nuevo gobierno se puso a diseñar un nuevo proyecto y eligió Monte da Vila para construirlo. Ahora, Cacabelos tendrá que convencer a vecinos y a oposición de que esa es la mejor ubicación para este edificio y de que a la tercera sí que va la vencida. O Grove merece tener un auditorio. Y lo merece ya.