Desde la concejalía de Educación de O Grove explican que el proyecto tiene un doble objetivo: educar a niños independientes y responsable y evitar un transporte masivo a las puertas de los colegios, que con la lluvia se vuelve caótico. En esta línea por perseguir una ciudad en la que los más pequeñas puedan circular por las calles y jugar por los parques libremente, no se deja en el olvido su seguridad: un equipo de voluntarios formados por los propios familiares de los niños que puedan colaborar estarán en los cruces para asegurarse de que hacen el recorrido sin sufrir ningún percance pero manteniéndose al margen para que mantengan esa independencia. Una vez puesto en marcha en el Rosalía, el objetivo es implantar el plan en el resto de colegios de O Grove.