El meco que extrae títulos a golpe de remo a ambos lados de la ría

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

O GROVE

cedida

Diego Portela ha transformado al C.R. Rianxo en campeón de la LGT-B un año después de su tormentosa salida inducida de un Amegrove al que dejó encaramado en la cumbre. "Ver como está agora o club, preto do descenso cun gran plantel, dóeme moitísimo", dice de su antigua trainera

25 ago 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

Amegrove C.R. y Diego Portela separaban hace un año sus caminos, con muy diferente suerte. La trainera grovense, a distancia sideral de haber sido capaz de defender su condición de vigente campeona de la LTG-A. Un título convertido en el último servicio de un Portela común denominador del grueso de las mayores gestas firmadas por el club mejillonero. Al final del verano del 2015 el técnico y remero cerraba la puerta trasera de su hasta entonces único club inducido por la presión de parte de los miembros de la cooperativa que sustenta al Amegrove C.R. Treinta años después, con cuatro títulos de la LGT-A a sus espaldas, tres como remero-presidente y el último solo como entrenador, encabezando su brillante hoja de servicios, Portela acaba de completar su primera experiencia fuera de O Grove llevando al C.R. Rianxo a su mayor logro en el mundo de la trainera, al menos desde la fundación de la Liga Galega de Traíñas en el 2004. El título de mejor barco de la LGT-B y su ascenso directo a la división de honor. En dura pugna con el vecino Boiro: 48 puntos frente a 46.

«Rianxo e Amegrove montaran no 2002 unha traíña conxunta, ao non ter ningún dos dous remeiros suficientes para saír competir. Ese ano fumos subcampións de Galicia, e na clasificatoria de La Concha quedarámonos a 2 segundos de pasar o corte. Coñecín xente, fixen amizades, e cando decidín marchar de Amegrove levaba tempo frecuentando Rianxo, porque a miña parellá é de alí», rememora Portela. Así las cosas, «durante o verán do ano pasado en Rianxo xa me botaran algunha picada. E ao día seguinte de quedar Amegrove eliminado en La Concha o presidente do Rianxo púxose en contacto comigo».

El arousano se topó con un negro panorama: «Os remeiros comprometidos estaban moi queimados pola falta de seriedade nos adestramentos, vendo compañeiros cantamañanas que non se coidaban, e pola ausencia dun proxecto serio. E avisaron de que se non había un cambio, se irían».

Construyendo con lo justo

Con este panorama Portela empezó con un grupo reducido. Un par de juveniles que no habían cogido un remo en su vida, otros dos de primer año, un par de séniores «aos que non lles deran a oportunidade colgándolles a sona de frouxiños», media docena de «remeiros bastante bos», él mismo, que llevaba un año sin bogar, y su único fichaje. El también grovense Adrián Lijó, que a sus 20 años acompañó a Portela desde el barco campeón de la LGT-A.

La seriedad del proyecto ejerció de imán. Y así, comenta el ex Amegrove, en la primavera se subían en marcha a la trainera del C.R. Rianxo veteranos de nivel como los locales Anxo y Brais, Rey, que había remado en Cabo, Óscar, de Meira, y el vilaxoanés César. Con estos mimbres, y solo tres cambios disponibles, un equipo de la zona media-baja de la Liga ganaba cuatro de las ocho regatas puntuables llevándose la LGT-B. ¿La clave? «Saber levar ao grupo», sostiene Portela. «Sen agobiar a xente. Que os remeiros gozaran do traballo, con tempos de descanso, conseguindo mellores resultados adestrando menos. Iso xerou unha ilusión». Un título con una plantilla prácticamente de la casa y, salvo tres veteranos, por debajo de los 24 años. El método Portela volvió a extraer el mejor producto de las aguas de la ría.

«Ver como está agora Amegrove, preto do descenso cun gran plantel, dóeme moitísimo»

No es, ni mucho menos, intención de Diego Portela reabrir el contencioso que derivó en su salida de Amegrove, con socios de la cooperativa mejillonera criticando que continuase como entrenador tras haber abandonado el colectivo en su papel de bateeiro. «Na miña cabeza non está a posibilidade de voltar a Amegrove», asegura. Dicho lo cual, no puede evitar referirse a su paso de campeón a antepenúltimo de la LGT-A: «Ver como está agora Amegrove dóeme moitísimo. Cos resultados que estaba a ter e agora preto do descenso co gran plantel que ten».

El C.R. Rianxo despedirá este fin de semana la temporada remando en la tanda mala de la LGT-A al coincidir con el play-off de ascenso-permanencia, con Amegrove entre sus rivales. «Será unha situación dura para min», dice quien hace un año rechazó dos ofertas de la LGT-A «para non me enfrontar a Amegrove».

El apoyo de la familia y el dilema de si aceptar la renovación tras llevar su cuerpo al límite

«A semana pasada senteime no sofá da dor de cabeza que tiña polo cansazo, e díxenme, ‘¿que estás a facer?’». El título de Liga esconde tras de sí un año de duro sacrificio en la persona de Diego Portela: «Superei o meu umbral do cansazo. O meu día a día era ir ás bateas moi cedo, ás 3 ou 4 da madrugada, chegar a casa ao mediodía, comer e ás cinco e media marchar para adestrar a Rianxo de 7 sete a nove. Voltar ao Grove as dez e pico, cear, e á medioanoite para a cama». Y encima, retornando por petición de parte de su tripulación a la bancada acompañado por el dolor de la calcificación en su hombro izquierdo.

Si Portela fue capaz de mantener un ritmo de este calibre fue, remarca, «polo apoio da miña muller, que ía comigo a todos lados». Por ello, y por la gran acogida que tuvo en Rianxo. «Sentínme moi valorado. A directiva e os remeiros sorprendéronme. Toda a tempada me fixeron sentir como peixe na auga. O principio ía con medo, a outro club cando sempre estivera en Amegrove». Pero tan rodada iba la cosa en primavera, que él mismo se atrevió a dirigirse al presidente del club para decirle «vou apretar máis o barco, porque con esta xente podemos ir a máis».

Así las cosas, con una oferta de renovación sobre la mesa y a pesar de que «me fai ilusión seguir», Portela no sabe aún qué hará.