Formando hermanos mayores

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

O GROVE

<span lang= es-es >La coordinación</span>. La puesta en marcha de «Titoría entre iguais» ha exigido un período de formación de los profesores. Alejandro Francisco, el jefe de estudios; Laura Rodríguez, orientadora, y Carmen Fariña, vicedirectora, se encargan de coordina la iniciativa.
La coordinación. La puesta en marcha de «Titoría entre iguais» ha exigido un período de formación de los profesores. Alejandro Francisco, el jefe de estudios; Laura Rodríguez, orientadora, y Carmen Fariña, vicedirectora, se encargan de coordina la iniciativa. mónica ferreirós< / span>

El IES Bouza Brey pone en marcha un proyecto para que los alumnos de tercero ejerzan de tutores de los chavales recién llegados al centro, ayudándolos a integrarse

13 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El instituto puede convertirse en una pesadilla para muchos rapaces. Sobretodo para los alumnos de primero de la ESO que, recién llegados del colegio, se encuentran con un mundo en el que todo es más grande, más complejo, y donde los alumnos están menos protegidos. Más de un estudiante habrá echado de menos, al desembarcar en la Secundaria, tener un hermano mayor capaz de guiarlo por el complejo mundo de relaciones que ante él se está abriendo. A partir de este año, los alumnos de primero de la ESO del instituto Bouza Brey (Vilagarcía) tendrán la suerte de contar con esa ayuda. El centro se ha sumado al proyecto «Titoría entre iguais», una iniciativa que persigue crear una serie de lazos invisibles entre los estudiantes, favorecer la empatía, fomentar valores como el respeto, enseñar a resolver conflictos y, en general, mejorar el ambiente en un centro que «no tiene problemas graves de conducta; esta es una estrategia preventiva».

Quien hace esta afirmación es Laura Rodríguez, la orientadora. El centro, explica, quiere seguir siendo territorio libre de casos graves de mal comportamiento, de acoso y de otros problemas mayores. De ahí que, cuando empezaron a oír hablar del programa «Titoría entre iguais», el sexto sentido que tienen algunos maestros se puso a funcionar. Y así estamos ahora, con la iniciativa a punto de empezar a rodar en las clases, en los pasillos, en los recreos.

«La idea es hacer que los alumnos de tercero se conviertan en tutores de los de primero», explica Laura Rodríguez. Los cursos no se han escogido al azar: los rapaces recién llegados son los que, con más facilidad, se pueden llegar a sentir indefensos en un escenario nuevo. «Los de tercero no les llevan demasiados años, y sin embargo, son vistos como mayores, tienen más experiencia y les pueden ayudar».

Una iniciativa voluntaria

Convertirse en tutor de un recién llegado al instituto «es algo voluntario». Aun así, los coordinadores del programa confían en que todos los alumnos de las aulas implicadas se sumen a este proyecto. Recibirán formación específica y, como a estas edades el protocolo tiene su importancia, se les entregará un certificado y un carné que demuestra su condición de tutores. De guías. Porque de eso se trata. «Esto no va de que el mayor y el pequeño se hagan amigos. Esto consiste en que el alumno de primero tenga a quien recurrir en caso de que surja un problema». Alguien a quien pedir consejo o apoyo antes de dar el paso de dirigirse al profesor.

«Estamos convencidos de que, en cuanto esto esté funcionando, habrá muchos problemas menores que podrán resolver entre ellos», explica Laura Rodríguez. Desde bromas de mal gusto, a problemas de aislamiento de los estudiantes más tímidos. «Una parte fundamental de este proyecto es hacer que emerjan los problemas que pueden estar ocultos», esos que escapan a la mirada de los adultos bien porque no vemos las señales, bien porque se nos ocultan. Ahora, los hermanos mayores estarán pendientes.

La figura de los mediadores ganan espacio en los colegios de la comarca

El instituto Bouza Brey no es el único de la comarca que se ha sumado este año al programa «Titoría entre iguais». El centro de la ESO de As Bizocas (O Grove) y el de Vilalonga (Sanxenxo) también se han incorporado a una iniciativa que llega a Galicia desde Cataluña. «Donde se ha implantado este método ha dado buenos resultados, y genera lazos que perduran en el tiempo y que acaban siendo muy amplios. Porque esto es algo rotativo: los que hoy tienen un tutor, dentro de dos años van a ser a su vez tutores de otros niños», afirma Laura Rodríguez.

El proyecto que desarrollan estos tres institutos no es el único que se ha puesto en marcha en la comarca para intentar mejorar la convivencia escolar, para forjar una sociedad más justa desde las escuelas. Otros institutos, como el Castro Alobre, han apostado por la figura de los mediadores. En esa misma figura llevan confiando desde hace años en el colegio de Vilaxoán. En este centro, el papel de mediadores está reservado para los rapaces de sexto. Ellos se encargan de controlar los recreos, poniendo paz allí donde hay conflicto, detectando a aquellos niños que tienen más dificultades para relacionarse y ayudándolos a vencer sus miedos.

Roberto Maquieira implantó un programa similar en el colegio Conmeniño, en O Grove. Y ahora, acaba de hacer lo mismo en su nuevo destino, el colegio de Coirón-Dena. De los 55 chavales que se apuntaron al programa, 13 han sido seleccionados para actuar como mediadores. «En este centro no tenemos problemas de disciplina, pero lo que sí hay es un mayor número de niños con problemas para relacionarse». En ellos van a enfocar su labor los jóvenes deshacedores de entuertos.