El Concello no localiza al alcalde para notificarle una multa por saltarse los semáforos

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

O GROVE

Pérez fue multado con 200 euros y la retirada de cuatro puntos.
Pérez fue multado con 200 euros y la retirada de cuatro puntos. m.m.< / span>

Miguel Pérez es uno de los tres centenares de personas a las que se les informa a través del BOP de las sanciones de tráfico

29 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El alcalde de O Grove, Miguel Pérez, es uno de los muchos vecinos de la localidad que se ha saltado los semáforos de rojo, instalados por su compañero de gobierno, el concejal de Seguridade Cidadá, Alfredo Bea. Fue el pasado 16 de diciembre cuando el regidor no frenó en cuanto la luz se puso roja. Pero lo curioso de este caso es que el Concello ha sido incapaz de localizar al alcalde para comunicarle la mencionada sanción. De hecho, su nombre es uno de los cerca de trescientos que ayer publicó el Boletín Oficial de la Provincia. No es esta la primera vez que algo similar sucede en el municipio. Con anterioridad fue el secretario municipal el que fue notificado de la misma forma.

«Máis transparencia imposible», argumenta Bea. El concejal de Seguridade Cidadá, que firma las órdenes de sanción que aparecen en el boletín de ayer, asegura que esto demuestra que la intervención del gobierno local en estos casos se limita a firmar los expedientes que le presentan los agentes. El edil añade que, actualmente, el proceso está en manos de una empresa y que el sistema está informatizado, de ahí que a veces sucedan cuestiones de esta índole. Y es que resulta llamativo que en toda la tramitación que siguen estos expedientes, nadie se haya dado cuenta de que una de las multas era para el regidor y se lo haya notificado. De esta forma, la información llegó al boletín provincial, que ayer publicó otra remesa de casi trescientas sanciones por infracciones de tráfico, la mayoría, por semáforos y radares. Algo similar sucedió en junio del 2011. Entonces, fue al secretario municipal, que tenía el despacho enfrente al de Bea, al que no se pudo localizar para notificarle también una sanción de tráfico.