También se muestra muy dura con el Centro de Carpintería de Ribeira
27 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Ni el estudio de viabilidad para el nuevo gimnasio, ni el nuevo plan de usos del puerto de O Grove. Ninguno de esos dos proyectos convenció ayer a la oposición meca que, de paso, criticó hasta el Centro de Interpretación da Carpintería de Ribeira. En una sesión que se acercó a las seis horas de duración y en la que hubo un público tan activo que el alcalde, Miguel Pérez, tuvo que amenazar varias veces con desalojarlo, los ediles se mostraron en contra de estos dos proyectos, que el gobierno local defendió con uñas y dientes.
«Mónteme a min un negocio así con beneficios garantizados. Esto é un regalo para un amigo», aseguró Xan Lamelas, portavoz de EU, en referencia al proyecto del gobierno local para dejar en manos de una empresa la construcción y gestión del gimnasio anexo al nuevo pabellón. «Queremos datos que xustifiquen por que é mellor darllo a unha empresa privada», solicitó el portavoz de los socialistas, Jose Cacabelos. «¿Que demanda ten O Grove dun centro de fitness? Aquí hai demanda dun centro de día», añadió el portavoz de los nacionalista, Heladio Outeiro. La oposición se mostró especialmente crítica con que vaya a ser una empresa la que se ocupe de gestionar ese espacio. «Que poñan a escusa de que ese espazo non pode ser público porque aumentan a masa salarial cando vostedes son expertos en contratar amigos...», se quejó Lamelas.
De defender esta iniciativa se ocupó el concejal de Deportes, y portavoz del PGD, Alfredo Bea. «Non tiveron nin o detalle de facer números», argumentó. Explicó que, en el peor de los casos, «o Concello tería que poñer 25.000 euros ao ano, que con iso non se contrata a un so monitor» y defendió que este sistema de concesión es el que se utiliza en otros municipios para gestionar las instalaciones públicas, como la piscina municipal de Cambados. También defendió la demanda que existe de estas instalaciones en un municipio en el que se practican todo tipo de deportes. Al final, la oposición rechazó el proyecto y el gobierno local tuvo que hacer uso del voto de calidad del alcalde, pues faltaba un edil, para sacarlo adelante.