PP, PSOE y BNG coincidieron en la búsqueda de soluciones a los estragos del temporal
14 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La corporación municipal de Meis aprobó ayer por unanimidad una serie de medidas con la que procurar mejorar la situación de las familias que se vieron afectadas por los temporales que derribaron tejados, árboles y postes de tendido eléctrico en parroquias como San Martiño. La moción presentada por el PSdeG PSOE contó con el apoyo de PP y BNG tras adaptarse a las peticiones de ambos partidos. Se trata de una serie de medidas genéricas con las que se pretende conseguir tanto una indemnización económica como información acerca de cómo tramitar distintas reclamaciones.
Tras una reunión entre el alcalde, José Luís Pérez, y la portavoz socialista, Marta Giráldez, para matizar algunas de las propuestas iniciales, el pleno aprobó la moción. El principal cambio solicitado por los populares recayó sobre la administración que debe correr a cargo con los gastos de los desperfectos. Finalmente, instarán a Xunta y Diputación una partida presupuestaria para la indemnización de daños. «Cada cal dentro da súa competencia», matizaron. Ambos partidos manifestaron que «non se pode facer política de algo tan grave. Debemos resolver entre todo os problemas dos veciños». Momentos antes de la votación, el alcalde añadió que «en caso de catástrofe ninguén debe esconderse». Y, en el pleno, así fue. María do Pilar Xiráldez (BNG) también votó a favor al incluirse un punto en el que se insta a la Xunta a sancionar a las eléctricas por el estado de mantenimiento el que se encuentran las líneas ante los graves problemas de falta suministro sufrido entre los pasados 2 y 5 de febrero.
En cuanto a la parte informativa, se acordó solicitar al Instituto Galego de Consumo a que informe, de forma inmediata, de cómo tramitar las reclamaciones ante las compañías aseguradoras y las administraciones pertinentes, así como publicar desde el propio Concello un Bando Informativo con toda la información necesaria y poner personal municipal a disposición de los vecinos. No en vano, una de las vecinas afirma que «teño 75 anos e nunca na miña vida vira algo similar. Parecía unha zoa de guerra».