Una carretera por la que circular con mucha precaución

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso MEIS / LA VOZ

MEIS

MONICA IRAGO

Las pronunciadas pendientes y las curvas cerradas son las características del acceso al monasterio y al campo de golf

30 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Sea subiendo o sea bajando, circular por la carretera de Armenteira es una cuestión que exige mucha precaución. Porque aunque el vial se encuentra en buenas condiciones, es cierto que tiene unas curvas muy cerradas y unas pendientes muy pronunciadas. Eso por no hablar de que en su recorrido hay muchos tramos sombríos, en los que el frío provoca la aparición de capas de hielo en invierno. Durante el ascenso el principal problema son las curvas, demasiado cerradas en ocasiones. De bajada el peligro está en las pronunciadas pendientes, que permiten al coche coger velocidad si su conductor se despista.

Comienza esta carretera en la rotonda de salida de la autovía. Y allí se inicia también el carril bici, que permite a los ciclistas disponer de un espacio propio para circular hasta llegar al acceso al campo de golf. Nada más que una raya continua separa a los amantes de las dos ruedas de los coches, así que los conductores deben circular con precaución para no invadir este carril. Cuestión no demasiado sencilla si se tiene en cuenta la gran cantidad de curvas cerradas que hay, sobre todo, en los primeros tramos. En algunos de ellos las propias señales recomiendan reducir la velocidad a treinta kilómetros por hora.

Numerosos cruces

Es esta una carretera bastante transitada, no solo por los vecinos de la zona. Es el principal acceso al monasterio de Armenteira y también al campo de golf de Meis. Es, además, un vial con viviendas a ambos márgenes y con varios cruces que utilizan los residentes de este entorno. El más transitado es, sin duda, el que conduce a la entrada del recinto religioso, que cuenta con numerosos visitantes cada año.

Circular en el sentido contrario, desde el monasterio a la autovía, también exige precaución. En este caso, el vial cuenta con unas pronunciadas pendientes que, de nuevo, obligan a reducir la velocidad. Es fácil aquí que el coche coja velocidad y perder el control del mismo. Sobre todo, si hay hielo en la carretera. Algo no demasiado difícil teniendo en cuenta la altitud de este entorno y las numerosas zonas sombrías que hay en todo el recorrido. Una salida de vía puede resultar mortal, como le pasó a un vecino de la localidad. Porque los quitamiedos no dejan ver la pendiente que en algunos tramos rodea a esta carretera. La precaución, sin duda, es la mejor aliada de los conductores.