En los colegios de As Covas y San Tomé y en el instituto de Meaño ya no suena el timbre

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso VILAGARCÍA / LA VOZ

MEAÑO

MARTINA MISER

Los profesores dicen que la medida ayuda a mejorar el ambiente y a relajar a los alumnos

21 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Son las nueve de la mañana del primer día de vuelta al cole tras las vacaciones de Navidad. En el colegio de San Tomé, en Cambados, no es el sonido del timbre el que recibe a los alumnos. Es el Bienvenidos de Miguel Ríos el que suena para anunciar el regreso a las aulas. No es el único centro de Arousa en el que esto sucede. En As Covas, en Meaño, la entrada a clase la puede anunciar un jazz o una ópera. Y en el instituto de este mismo municipio, «suena una selección que hicimos los profesores, pero estamos haciendo un proyecto paras que los alumnos elijan la música que quieren escuchar», explican sus docentes.

Cambiar el molesto sonido del timbre por distintos estilos de música es el proyecto que han puesto en marcha estos tres centros. Y están encantados con los resultados.

«O timbre provoca unha reacción inmediata, coa música temos unha entrada más escalonada e relaxada», asegura Manuel Felpeto, director del San Tomé. «A intención é a de romper ese clichés que temos de serie, de que soe unha sirena pasada de decibelios coma se fose unha fábrica», añade Paulo Nogueira, de As Covas.

«Es una gozada que esté sonando música y no un timbre», añaden en el instituto de Meaño. En estos tres centros llevan varios cursos probando a cambiar el tradicional timbre por música. En San Tomé, por ejemplo, la medida forma parte del plan de convivencia del centro. «Tentamos buscar ambientes máis relaxados», insiste Felpeto. «Temos comprobado que a música xera ambientes. Quince minutos antes da entrada xa soa algo suave, relaxado. No recreo buscamos algo máis dinámico», añade Nogueira.

Acceso a sintonías

Pero esta iniciativa tiene otras ventajas. «Os rapaces acceden a tipos de música aos que, doutra forma, non se achegarían», aseguran en As Covas. En este centro ha sido Louis Armstrong el que se encargó de marcar las horas de entrada y salida, «e agora oes como tararean esas cancións», añaden. Jazz, Blues, ópera o músicas tradicionales suenan en los altavoces de este colegio a determinadas horas. «Nós temos quince minutos de lectura ao día en todas as clases e agora soa música clásica para acompañar ese tempo», añaden en el instituto meañés, donde el sistema todavía está a prueba.

Poner en marcha este proyecto no ha sido sencillo. «Foi unha inversión, tivemos que montar todo o cableado e unha petaca para programar todo o sistema», asegura Nogueira. Y también hay que alimentarlo. Porque las músicas que suenan no son aleatorias.

En muchas ocasiones, se eligen en función del tema que esté trabajando el centro. «O Día do SIDA puxemos a Freddie Mercuri e cando se celebra o aniversario dalgún cantante tamén aproveitamos para poñer a súa música», cuentan en San Tomé. «Procuramos que a música que soe teña un contido e estea relacionada co que se está a traballar no cole», añade Nogueira. En este centro están preparando ya el Día da Paz y por eso en sus altavoces se puede escuchar Lili Marleen, de Marlene Dietrich, una canción que durante la Segunda Guerra Mundial conquistó a todos. «Nas entradas e saídas buscamos músicas instrumentais, de relaxación e nos recreos son máis variadas», explican en el San Tome.

Cantando

El molesto sonido del timbre ha desaparecido casi por completo en estos tres centros -excepto en el San Tomé que lo conservan solo a la salida- y profesores y alumnos están encantados con la medida. Que la música marque la hora del recreo o la entrada al centro contribuye a relajar el ambiente. Y cada vez son más los que, ahora, entran cantando en las aulas.