Un paseo que se complica a medida que asciende

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso MEAÑO / LA VOZ

MEAÑO

Cuanto más nos acercamos a Simes, peor conservada se encuentra esta popular ruta

17 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue una de las primeras rutas de molinos en construirse en la comarca arousana. La de Lores, en el municipio de Meaño, es de los paseos más antiguos que se habilitaron para el uso y disfrute de vecinos y visitantes. Y aunque la fama se la lleva hoy la Ruta da Pedra e a Auga, el recorrido a orillas del río da Chanca bien merece la caminata. Por sus paisajes, siempre verdes, pero también por su patrimonio, pues hay molinos reconstruidos que datan del siglo XVII. Cuenta además este espacio con destacados servicios, como la playa fluvial de la que se puede disfrutar en verano o el molino reconvertido en bar de tapas. Es precisamente en la zona de Lores donde mejor conservado se encuentra este espacio. Porque a medida que ascendemos y nos adentramos en la vecina parroquia de Simes, el estado de los paseos y del propio río empeora.

Especialmente cuidado está el inicio de este paseo en Lores. Incluso en esta época del año, que no es precisamente la más turística, la hierba está perfectamente cortada y el cauce del río se encuentra bastante limpio aunque, eso sí, bastante escaso de agua también por causa del seco inverno. El agua luce cristalina, dejando ver el fondo de arena de una playa fluvial que cuenta con centenares de fans en las calurosas tardes del verano. Porque el espacio dispone de todos los servicios, incluidas las duchas y una zona verde en la que esparcir cómodamente las toallas. Justo al lado se ubica el Muíño do Ferreiro, reconvertido en bar de tapas. Es temporada baja así que el local está cerrado hasta la próxima Semana Santa.

Iniciamos recorrido hacia la parte más alta. Siguiendo el curso del río nos encontramos con un paseo delimitado por vallas, que separan las fincas privadas. En una de ellas sus propietarios advierten al paseante de la peligrosidad de robarle la fruta que cuelga de sus árboles. «Riesgo de intoxicación, están en tratamiento constante», informa. Toda esta zona está cuidada y, en algunos tramos, da la impresión de que la madera ha sido repintada recientemente. Incluso los márgenes del río se encuentran libres de vegetación.

Patrimonio con historia

Los molinos están perfectamente recuperados, aunque solo algunos, como el de O Crego, mantienen los carteles en los que se informa de su historia. Es este quizás uno de los más relevantes, pues hay constancia documental de su existencia desde el siglo XVII. Es privado, aunque está completamente restaurado. Hay otras construcciones curiosas, como un molino al que el agua llega por una conducción que se sitúa a través del tejado. Existe también otra zona de recreo, con pequeñas cascadas y bancos y mesas.

Pero la situación cambia a medida que el paseante se aproxima a Simes. Se nota ya en el río, cuyo cauce resulta imposible ver en muchos de los tramos por la espesa vegetación que lo cubre. Hay, además, otros riachuelos por el paseo y la madera que forma pasarelas y vallas se encuentra cada vez en peor estado. Quizás la peor zona es la que se ubica ya en Simes. Allí hay una escalera que da acceso a la ruta y que se encuentra muy deteriorada. Falta parte de la barandilla y los peldaños están descolgados, siendo un peligro.