Las policías de Vilanova, Cesures, A Illa y Meaño carecen de etilómetro

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso VILAGARCÍA / LA VOZ

MEAÑO

mónica irago

Los agentes recurren a Tráfico o a otros municipios cuando precisan hacer la prueba

27 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hacer la prueba del consumo de alcohol se ha convertido en una costumbre cada vez que la Policía Local interviene en un accidente. En la mayoría de los municipios se hace incluso aunque los conductores implicados no presenten síntomas de embriaguez. Pero hay cuatro localidades arousanas en las que esto no es posible. Por lo menos, no de forma inmediata. Los agentes de Vilanova, Cesures, A Illa y Meaño no disponen de un etilómetro. El elevado coste del mismo provoca que las plantillas más pequeñas carezcan de medios que sí tienen sus compañeros de municipios más grandes. ¿Y qué pasa en estas localidades cuando los agentes observan a un conductor con síntomas de embriaguez?. «Llamamos a la Policía Local de Cambados y vamos a pedírselo», explican en A Illa. «Chamamos a Tráfico a ver se está disponible», añaden en Meaño.

En O Grove, por ejemplo, cuenta con un etilómetro de precisión y con otros evidencial. El primero se utiliza para hacer la prueba en caso de accidente, pues es más manejable. El segundo se emplea cuando el conductor da positivo, pues es más fiable y deja constancia impresa de la prueba realizada. «Hoxe en día é básico para traballar, é un aporte de garantía para o xulgado e nos xuízos serve para respaldar o testimonio do axente», explican en la localidad meca.

La situación contraria viven en Vilanova. El pasado fin de semana tuvieron dos accidentes de tráfico en los que los conductores presentaban claras evidencias de estar bajo los efectos del alcohol. Los agentes de guardia tuvieron que dirigirse en ambas ocasiones a los compañeros de Cambados para solicitarle que les prestaran el etilómetro. Lo mismo sucede en A Illa. «Es una vergüenza que tengamos un accidente, que veas que hay un individuo con síntomas de estar bajo los efectos del alcohol y que tengamos que esperar por Tráfico o ir a buscarlo a Cambados», se quejan los agentes. La plantilla de esta localidad es similar a la de Meaño y Pontecesures, donde tampoco disponen de este material. «No noso caso veñen os de Tráfico», explican los cesureños.

El problema que presentan estos aparatos no es solo su elevado coste para las arcas municipales. Un etilómetro puede rondar los diez o quince mil euros, afirman los agentes. Pero es que, a mayores, el aparato tiene que ser remitido a Madrid una vez al año para pasar el control del Instituto Metrológico. Y esto también supone un elevado gasto. De ahí que los concellos más pequeños opten por prescindir de este material. Además, en el caso de A Illa, Meaño y Cesures, donde las plantillas están formadas por solo dos o tres agentes, ni siquiera pueden hacer campañas preventivas. «Nós non poderíamos facer controis así que, cando o precisamos, chamamos a Sanxenxo ou a Tráfico», ratifican en Meaño. Y a esperar a que el aparato esté disponible.

10-15.000 €

Coste de un etilómetro

A mayores, el aparato tiene que ser remitido a Madrid anualmente para un control.