La Xunta desplegará 98 brigadas para luchar contra el fuego en la provincia

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

CATOIRA

ROSA ESTEVEZ

Montes destinará 422.000 euros a tareas de prevención en Abalo, Carril y Bamio

26 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El plan de lucha contra los incendios que la Xunta ha diseñado para este verano en la provincia de Pontevedra será, prácticamente, un calco del que se llevó a la práctica el año pasado. Según explicó el jefe del Servizo de Prevención e Defensa contra Incendios Forestais, Manuel Francisco, sobre el terreno se contará con casi un centenar de brigadas, «tanto propias como municipales». Además, se habilitarán tres bases para helicópteros. Se ubicarán en O Campiño, Silleda y Quemiadelos, donde el año pasado operaron dos naves.

Los responsables de la Xunta están convencidos de que todos los engranajes del sistema de lucha contra el fuego funcionarán a la perfección cuando llegue la temporada de máximo riesgo. Las altas temperaturas que han caracterizado la primavera y cinco meses en prealerta por sequía, hacen que el verano asuste. «Esperemos que entre un poco de humedad. Tenemos que ser optimistas y adaptarnos a la realidad», señalaba Manuel Francisco.

Si disponer de medios y de una estrategia es fundamental para apagar los fuegos que se declaren, más vital para la salud del monte y del medio ambiente resulta el trabajo preventivo. En ese sentido, el jefe territorial de Medio Rural en Pontevedra, Antonio Crespo, señaló los 975.000 euros que la Xunta destinará a un total de 119 proyectos de comunidades de montes de la provincia de Pontevedra. Ese dinero permitirá ejecutar diversas labores de cara a preparar los montes para la época estival. En el distrito Caldas-O Salnés, se crearán con estos fondos, además de limpiezas, nuevos puntos de agua en el monte y se mejorarán las pistas.

¿No habría sido mejor hacerlo antes? ¿No se corre el riesgo de que los incendios se adelanten en este año especialmente cálido y seco? «Os servizos centrais fan todo o posible por se adaptar a realidade; pero o clima aínda non o podemos controlar», contestó.

Antonio Crespo hizo estas declaraciones en el transcurso de una visita a los montes Catoira, donde la Xunta invertirá 30.000 euros en trabajos de limpieza mecanizada de 19 hectáreas en Pousas, Morosos y Casa das Lagoas. Estas actuaciones forman parte de un programa de obras que la Administración desarrollará de forma directa en el distrito forestal Caldas-O Salnés, donde hay 89.000 hectáreas de monte, más de la mitad comunal. En 73 zonas, se van a invertir 109.429 euros en operaciones de poda, clareo y eliminación de biomasa. También se están ejecutando, en colaboración con los ayuntamiento, «tratamentos de limpeza das marxes das pistas e estradas municipais, podendo chegar ata os 620 quilómetros, cun investimento total de 32.240 euros».

Antonio Crespo señaló ayer la importancia de que todos estos trabajos se planifiquen a nivel del distrito, «xa que o seu obxectivo é adecuar a xestión forestal para o goce dos veciños, compatibilizando as funcións ambiental, social e rural».

En los montes de la zona aún habrá más inversiones: 422.000 euros de Montes que están a punto de ser licitados y que, según la Xunta, «teñen como obxectivo a posta en marcha de tratamentos preventivos na comunidade de montes de Abalo (Catoira), así como Carril e Bamio (Vilagarcía)». Se ejecutarán limpiezas, tratamientos fitocidas sobre acacias, rareros, podas y recogida y trituración de restos.

«Cando ves unha columna de fume no monte xa sudas»

Luis Rey es el presidente de la comunidad de montes de Catoira. Buena parte del territorio que está en manos de esta entidad fue arrasado en la última gran ola de incendios. «Daquela era todo cinza», nos recuerda el catoirense. Ahora, sin embargo, en muchas parcelas crecen briosos árboles variados. El monte se ve limpio. Entre los trabajos que está acometiendo la Xunta y los que aspira a realizar la comunidad a través de una subvención, «os nosos montes quedarían listos para tres ou catro anos», calculan los vecinos. Tienen los deberes hechos. Pero, aún así, saben que el riesgo de incendio siempre existe. Y por eso, cada vez que ven una columna de humo que parece salir del monte «xa sudas e colles o teléfono inmediatamente para ver que pasa», relata Luis Rey.