Movido por «ideas que te ponen los pelos de punta»

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILANOVA / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

Cruzó el gran charco con 21 años por su pasión por el baloncesto, y ahora quiere movilizar a la tercera edad arousana

23 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo el mundo maneja sus razones en la vida. Esa palanca que da el primer impulso a la manera de caminar en el día a día con la mirada en el suelo, pero también a la forma de levantar la cabeza en busca de la soñada fotografía que proyectamos en nuestro futuro. Hay quienes pretenden una vida de sota, caballo y rey en la que poder disfrutar de los tesoros más sencillos. Otros, como Guido Villamil (Buenos Aires, 12/IX/1988), enfocan su existencia sin una brújula marcando siempre norte. «Yo me muevo por ideas locas, por ideas que me apasionen, por ideas que te ponen los pelos de punta», dice. La última, movilizar a la tercera edad de O Salnés en una andaina solidaria el día 30. Promoviendo el saludable hábito del caminar entre la gente mayor al tiempo que se colabora con la asociación comarcal de ayuda a los familiares de enfermos de Alzheimer Afasal.

Una «idea loca» inspirada por un primo de Guido, que le recordó iniciativas similares en su Argentina natal que llegaron a congregar a 8.000 personas en Buenos Aires, y de la que no tenía constancia en ningún otro país. Otra palanca de cambio del portavoz de la Asociación Cultural y Deportiva Filosofía de Xogo, que Guido fundó en septiembre del 2015 junto a otro baloncestista hispanoargentino, Juanchi Orellano, con el que trabó amistad en el Boca Júniors, y con el que coincidió dos años en el Xuven Cambados tras la que hasta el momento parece la idea más loca de las locas ideas de Guido. Dejar a media carrera sus estudios de diseño industrial para cruzar el gran charco con 21 años en pos de un sueño. Convertirse en profesional del baloncesto.

«La verdad, era una carrera linda. Pero no me apasionaba. Estudiaba por mi familia. pero a mí lo que realmente me gustaba era el baloncesto», nos cuenta el pívot.

Por eso se vino a España. Con el gancho de la segunda mejor liga del mundo, y las ventajas de la doble nacionalidad heredada del abuelo materno con viaje de ida y vuelta de Argentina a Vigo.

Pero Guido no empezó su periplo desde la seguridad del entorno familiar. Al contrario, le tocó vivir un primer año «bastante duro». Lo inició en Barcelona, con una prueba en el Prat animado por un amigo. Como le dijeron que no dispondría de muchos minutos, lo intentó en Santander, pero «duré menos de un telediario». Vuelta a Prat, y de ahí a Mérida, donde «jugué un mes sin cobrar nada», y lo dejó. Después lo intentó en Alfaz de Pi, Alicante, para acabar la temporada en La Seu.

Para recuperarse de tal desazón Villamil marchó a Vigo a reponer fuerzas a la casa de sus abuelos. Con su amigo Juanchi, que en su también primer año en España había militado en el Illescas de LEB Plata. Un representante le habló de que en Cambados había nuevo entrenador, Yago Casal, y el Xuven «hizo un 2x1 con Juanchi y conmigo», recuerda el pívot. Dos años en la villa del albariño acabaron con título de EBA y ascenso a LEB Plata en un club del que Guido habla maravillas, y al que no ha sorprendido ver rozando el ascenso a Oro: «Por cómo se involucra el club, por cómo intenta ir a más, tiene lógica que le esté yendo tan bien al Xuven. Es un modelo a seguir. Un club en el que se respira baloncesto».

Tras pasar por Zamora, León, y de nuevo Cambados, el verano pasado Guido se lanzó a otra aventura. Fichó por el Ouest Lyonnes Basket de Lyon, en el equivalente galo de la EBA. Con él logró la permanencia perseguida consolidado como titular, mientras se adaptaba a una nueva cultura y lengua ayudado por las divertidas correcciones de los chavales que entrenaba en la base del club.

La intención de Villamil es repetir en Francia. Porque a estas alturas «creo en la continuidad, en proyectos que busquen crecer» con su implicación. Como Filosofía de Xogo. Una asociación sin ánimo de lucro que montó para organizar eventos deportivos «como continuación a mis sueños», y que se estrenaba hace un año con una clase de baloncesto en silla de ruedas en el programa de las Noites Abertas de Pontevedra.

«El Concello de Cambados fue el primero que creyó en ‘Más zapatillas y menos pastillas’», la andaina del día 30. «Allí me conocen por mis años en el Xuven. Pero cuando un director de márketing que está en Barcelona te dice ‘es una buena idea’ piensas, ‘gracias’», comenta Guido. Y no fue el único. A todos los concellos de la comarca «les atrajo la idea».

Ahora, adelanta, «voy a ir asociación por asociación de la tercera edad» para conseguir la mayor participación posible. «Por los mayores», y por poner su granito en la pelea con el Alzheimer. «La abuela de mi exnovia tuvo Alzheimer, vi lo que pasaban ella y su familia, y es duro». Ayudar a quien pasa por algo así anima a caminar.

El caso de la abuela de una exnovia lo llevó a querer ayudar a Afasal