El lobo que vive en Covas de Lobos

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

CAMBADOS

MONICA IRAGO

Evaristo ha criado a «Aquiles» en su casa de Cambados desde que el animal tenía un mes de vida. Ahora, ya con dos años, asegura su dueño que ha empezado a aullar

19 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Aquiles» asoma la cabeza por el portalón del garaje y emite un gruñido que poco tiene que ver con el que hayamos podido escuchar de cualquier perro. Evaristo entra, lo aparta con la pierna y cierra la puerta tras él. El redactor y la fotógrafa esperan en silencio. Pasan un par de minutos y regresa Evaristo. «Podedes pasar sin problema», afirma, mientras «Aquiles» espera tras él. Tras unos segundos de duda sin que hagamos el mínimo amago de avanzar, Evaristo insiste: «Pasade, non fai nada. Deixade que vos cheire». Y allá fuimos. Tenía razón Evaristo. «Aquiles» es todo alegría. Su mal humor quedó atrás. Al parecer estaba inducido por otro perro. Pronto comienza a jugar con la fotógrafa.

Un análisis de ADN

La tensión de los visitantes no sorprende a Evaristo. «Todo o mundo tenlle respecto os lobos a as serpes», asegura. Y «Aquiles» es un lobo. El lobo que vive en Covas de Lobos. En realidad, es un perro lobo checo. O eso dicen sus papeles. Sus padres fueron recogidos de una camada en un monte en Rumanía y su propietario -y al parecer también su veterinario- está convencido de que tiene mucho de lobo ibérico. Pronto le harán un análisis de ADN que despejará las dudas. Su comportamiento ya deja algunas pistas. Tiene dos años y ha empezado a aullar cuando comienza a anochecer. No ladra. «E non levanta a pata para mexar», explica su propietario.

El sueño de Evaristo desde que era niño era tener algún día un águila real y un lobo. Y se va acercando. Además de varios búhos, cernícalos y hasta un halcón peregrino cuenta entre sus aves con un águila de Harris. Con todas ellas realiza exhibiciones con su empresa Rapiñas do Salnés y también participa en campeonatos de cetrería. «Aquiles» ha caído en el lugar indicado porque el nombre del lugar no es por casualidad. «A aboa da miña sogra contaba que por aquí había lobeiras onde criaban», explica.

«Aquiles» llegó a casa de Evaristo con un mes de vida, el 3 de febrero del 2015. Ya tenía los ojos abiertos, corría y comía carne. Hasta que cumplió los tres meses se crio en casa con un pincher. Con los perros de casa se lleva bien, pero cuando lo sacan de paseo por la ruta da Pedra e da Auga o a alguna exhibición no se le acerca ninguno. Los dueños de sus padres no querían criar. Son una pareja formada por una italiana y un portugués y se dedican a espectáculos con animales por toda Europa. Contactaron con Evaristo para comprar un águila y un búho y para que se los entrenara. Fueron Evaristo y su mujer a A Coruña para ver el espectáculo y fue entonces cuando vieron a los padres y convencieron a sus propietarios para que les facilitaran una cría.

Ahora, con dos años «Aquiles» se zampa alrededor de ochocientos gramos de carne cruda al día. El pienso para perros le sienta fatal. Y fue en uno de esos momentos en los que tocaba comer cuando hubo un pequeño conato de rebelión. Tenía ocho meses y se quedó en una anécdota.

Evaristo comenzó a trabajar con los animales cuando tenía treinta años. «Eu non sabía onde se podía mercar un animal destes ou como se adestraban. Con 29 anos vin unha exhibición e falei co señor que a facía. E dende aquela ata hoxe. Era un hobbie e hai cinco anos montamos a empresa Rapiñas do Salnés», explica. Están de moda este tipo de exhibiciones pero siempre hay roces con la administración y Evaristo no es demasiado optimista al respecto.

Una estrella

Ahora que ha comenzado a acudir a distintas exhibiciones «Aquiles» está comenzando a ganar una justa fama. A Evaristo ya le han ofrecido una importante suma de dinero para que lo venda pero, por el momento, tocan en hueso los pretendientes. Ni siquiera para cruzarlo con un perro lobo checo. Cuando tenga descendencia será con una loba ibérica, asegura Evaristo. Entre tanto, el animal parece feliz tanto en su residencia de Covas de Lobos como cuando disfruta de la finca de seis hectáreas que tiene a su disposición en Castrove.

El sueño de Evaristo desde que era un niño era tener un águila real y un lobo

Los padres de «Aquiles» fueron recogidos de una camada en un monte en Rumanía