Frío, humedad y falta de higiene lastran la plaza de abastos cambadesa

Bea Costa
Bea Costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

Los placeros urgen una solución para evitar un expediente de Sanidad y la fuga de clientes

21 ene 2017 . Actualizado a las 09:21 h.

Comprar en la plaza de abastos de Cambados no es cómodo y trabajar allí, tampoco. «Cualquier día nos quedamos electrocutadas», apuntaba ayer una pescantina. Se trata de un edificio antiguos en el que en invierno hace mucho frío, los clientes se mojan los pies cuando compran pescado porque hay agua en el suelo y donde las condiciones higiénicas de los baños dejan mucho que desear debido a su mal uso. Por esas y otras razones, hay unanimidad en que la plaza necesita una intervención urgente, que no se debería retrasar más.

El Concello consiguió lo más difícil, la financiación para construir un nuevo edificio, pero no puede empezar la obra porque carece de los permisos necesarios, y no hay visos de que estos trámites se vayan a resolver de inmediato. Ante esta situación, el gobierno local optó por darle la palabra a los placeros y estos han hablado: si la construcción de la nueva plaza va a seguir dilatándose, prefieren que se reforme la actual con los 800.000 euros de fondos propios del Concello. «Estamos cansados, hace seis años que estamos esperando por la plaza. Hay plazas nuevas en Vilagarcía, en A Illa, en Portonovo, en Caldas, en Pontevedra..., y aquí seguimos igual», se lamentaba ayer la presidenta de la Asociación dela plaza de abastos de Cambados, Eugenia Fernández.

Algunos vendedores opinan que con reformar la actual plaza es suficiente y otros defienden que lo deseable sería disponer de un nuevo edificio, más amplio, que garantice la prestación de todos los servicios, pero, ante la tesitura actual, la mayoría se conforma con la reforma «porque mejor que ahora vamos a estar», apuntaba una de las vendedoras.

La plaza no solo está obsoleta. «Cualquier día Sanidad nos la cierra», señalaba otra profesional. Hace un par de años la consellería ya dio un toque de atención por la situación en que se encontraban las carnicerías -carencias que arregló el Concello con unas obras de urgencia- y hace menos de un mes, los inspectores volvieron a supervisar la plaza y, según las fuentes consultadas, no salieron de allí con una buena impresión. Este cóctel de circunstancias tiene un efecto claro; la gente que va a comprar carne, pescado y verduras a la plaza va a menos.

A las voces que piden una solución para la plaza se sumó ayer la de Zona Centro. «É un motor moi importante e queremos que funcione», señaló el presidente de los comerciantes, Juan Rey.