Acupuntura y células madre para curar a los perros que nadie quiere

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

Martina Miser

El refugio cambadés es el único en Galicia que aplica estas terapias, pese al gasto y el esfuerzo que comportan

08 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Esperanza lleva dos sesiones de acupuntura y ya empiezan a verse los resultados. Lo afirman su veterinaria Marina Rodríguez y la presidenta del refugio de animales de Cambados, Olga Costa, mientras la sostienen y acarician sobre una mesa de la clínica Don Can de Vilagarcía. La perra no puede tenerse en pie, está en los huesos y temblorosa. Es normal, afirman las expertas. No hace ni tres semanas que fue operada de una lesión medular y está muy débil, pero Olga está convencida de que se recuperará.

De no haber caído en sus manos, Esperanza estaba condenada a ser sacrificada. Sin dueño y sin poder moverse, nadie hubiera invertido tiempo y dinero en tratar de salvarle la vida, aseguran Rodríguez y Costa, pero en el refugio de Cambados sí lo hacen. «Nunca tiramos la toalla. Los perros también pueden vivir en carro de ruedas, nosotros hemos tenido cuatro y los cuatro fueron adoptados», explica su responsable. Y Espe, el diminutivo es cosecha de Olga, no va a ser menos, y en seis meses esperan que pueda ya caminar por sí misma.

Para ello será necesaria mucha rehabilitación y proseguir con el tratamiento de acupuntura y medicina tradicional que le aplican en Don Can. En esta clínica llevan años tratando a mascotas con estas técnicas, pero siempre atendiendo a la demanda de particulares. La de Cambados es la única protectora de Galicia que recurre a esta terapia a la hora de tratar a sus animales, según afirman nuestras interlocutoras, y seguirá por esta senda porque da resultados muy positivos. Y no solo hablan de la acupuntura y la medicina china. En Cambados también recurren a tratamientos con células madre cuando se encuentran con casos difíciles como el de Nor, que, aunque no llegó a caminar, sí logró ganar movilidad y hoy vive con una familia en régimen de acogida.

Viajes a Lugo y A Coruña

Nada es gratis. Hay que emplear tiempo y dinero -la clínica en la que aplican estos tratamientos está en A Coruña-, pero en el refugio no escatiman recursos cuando se trata de curar a sus peludos. «Gastamos lo que no tenemos, pero no podemos esperar a que reunamos el dinero para salvar una vida», según explica la presidenta.

El caso de Esperanza sigue la pauta de otros que han tratado en el albergue cambadés. La recogieron el pasado 8 de diciembre de una carretera de Oubiña (Cambados) en un estado deplorable tras haber sido atropellada. La llevaron al Hospital clínico veterinario de Lugo y el TAC confirmó lo que se esperaba; la perra estaba paralítica y hubo quien aconsejó que la sacrificaran. Pero Olga se negó, dijo que había que luchar, y la maltrecha perra entró en el quirófano. La operación costó 1.100 euros. «No los tenemos», reconoce Costa, pero confía en que el reintegro que tocó en el número que jugó el refugio en la Lotería de Navidad insufle liquidez al refugio, porque algunos premiados renuncian a cobrar los 4 euros por la participación o los 20 por décimo que les dejó el 3 del Gordo, sabedores de que ese dinero será bien empleado.

Pero con la cirugía no llega. En el refugio de Cambados son cada vez más fans de la medicina alternativa y Esperanza ha empezado ya a probarla. En la primera sesión le pusieron tres agujas, en la segunda, esta semana, algunas más, y pronto empezará con la fitoterapia, consistente en la aplicación de hierbas y otros productos naturales.

Marina Rodríguez es la única profesional en el norte de la provincia que trabaja con estas técnicas. Lo lleva haciendo desde hace seis años, y cada vez está más convencida de su eficacia. En su clínica reciben tratamiento perros y gatos de toda Galicia aquejados, en su mayoría, de artrosis y de problemas medulares. «Empecé a lo tonto y cada día me gusta más», explica.

Cada sesión de acupuntura cuesta 25 euros aunque, en tratamientos prolongados el precio se reduce a 20 euros. El refugio es ya un cliente habitual. «Vela estaba paralítica y ahora, tras estos tratamientos, corre como antes. Vamos a intentarlo con Esperanza». Con este nombre, como decía el otro, malo será.