«Retirei o mesmo coche tres veces nunha semana»

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

Martina miser

A nadie le gusta que le lleven el vehículo, e Isidoro enganchó unos cuantos, pero la gente le sigue saludando

30 jul 2016 . Actualizado a las 10:05 h.

Circular a diario al volante de la grúa municipal acaba convirtiéndote en una cara familiar, y la de Isidoro lo es. «Saúdame moita xente», comenta. Hablamos con él porque acaba de jubilarse, con pincho de despedida incluido por parte del Concello de Cambados. No era para menos. Isidoro forma parte de la plantilla municipal desde hace 25 años, de los cuales los últimos catorce ejerció como chófer de la grúa municipal. «Ao principio non me gustaba este traballo pero recoñezo que a grúa é un servizo necesario».

Venía de conducir el camión de la basura y la pala y esos puestos no le granjeaban sinsabores. Y es que no es agradable tener que retirarle el coche a la gente, menos si son conocidos. No se libró ni la familia. «Unha vez retireille o coche a unha sobriña e outra á filla dunha prima da muller», recuerda. Pero el trabajo es el trabajo y cuando el policía local de turno manda retirar un coche mal aparcado hay que hacerlo, y punto. «Pero que ninguén pense que se está a coller á xente. Os gardas teñen mala fama pero non é xusta. En Cambados sácanse poucos coches. Antes de enganchalos coa grúa damos unhas voltas para ver se o retiran, o que pasa é que se está mal aparcado hai que sácalo de alí porque molesta a outra xente». Y da fe de que el clásico «foron cinco minutos» pocas veces es cierto.

Algunos no escarmientan. Isidoro Pérez relata como un caso «único» el de aquel conductor reincidente por partida triple. «Unha vez quitamos o mesmo coche da mesma rúa (Pontevedra) tres veces na mesma semana. ¿Pero é o mesmo coche outra vez? dicía eu ao velo». No es lo normal. A quien más quien menos le duelen los 52 euros que cuesta recuperar el vehículo del depósito municipal y no vuelve a caer en el mismo error. Tres lustros retirando coches de la vía pública le han servido para conocer un poco mejor la psicología humana. «Hai xente para todo. Hai quen che pide desculpas e recoñece que non estaba ben e hai quen se enfada contigo. De min teñen dito de todo. Unha vez a miña muller estaba no centro de saúde e estivo escoitando como criticaban ao condutor da grúa». Pese a todo, nunca tuvo conflictos serios ni cree que haya hecho enemigos por su trabajo. Al contrario. A este hombre natural de Dena afincado en Corvillón parece que se le aprecia en Cambados. En el rato de charla que nos concede al lado del Concello son varias las personas que se acercan a saludarlo y preguntarle cómo la va la vida. «¿De vacacións Isidoro?», «Si, das definitivas», contesta resignado. Todavía no se acostumbra. Después de toda una vida de currante -también estuvo de emigrante en Alemania- a los 65 años no sabe muy bien qué hacer con tanto tiempo libre. «É moito tempo na casa». Siempre puede recurrir «ao cachiño de terra que teño para plantar uns tomates», a la pesca con caña y a los viajes del Imserso a los que acaba de apuntarse con su mujer.

Las mañanas y tardes en la grúa, y alguna noche también, han pasado a la historia. Empezó en este servicio hace ahora 14 años, precisamente coincidiendo con un Albariño. Entonces había dos chóferes en el Concello, él y Joaquín Mouriño, y la grúa era de alquiler. De un día para otro, su universo pasó a ser el asfalto: las zonas de carga y descarga, las entradas con vado, los espacios de línea amarilla? Los días de mercado son los de más trabajo, sobre todo en verano, «pero levábase ben unha vez que estabas afeito?». Pese a esa rutina, siempre hay resquicios para la sorpresa, como cuando una mujer a la que le llevaron el coche se montó en el vehículo, ya en marcha. «E cando chegou ao depósito e iamos baixar o coche, acendeuno e escapou con el».