Un guardia civil dona al asilo de Cambados la indemnización que recibió por ser agredido

Rosa Estévez
rosa estévez CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

martina miser

Una mujer que le mordió tuvo que pagar 400 euros, que han sido destinados a la adquisición de tres carros de alimentos

14 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay momentos que no se olvidan. Algunos, porque no queremos dejarlos atrás. Otros, porque nos causaron una desazón tal que nos asalta en los momentos menos esperados. Manuel, un agente del puesto de la Guardia Civil de Cambados, vivió en agosto de 2013 una experiencia tan desagradable que ha querido deshacerse de los 400 euros de indemnización que ha recibido. Así que, ni corto ni perezoso, ha invertido ese dinero en la compra de alimentos que esta misma semana ha entregado en el asilo cambadés.

Todo tiene su origen en unos hechos ocurridos en Cambados. Estando de servicio, Manuel fue requerido para acompañar a una mujer a recoger varios enseres personales de la vivienda de alquiler que compartía con su entonces expareja. El hombre no estaba en casa e, intentando localizarlo, el agente llamó por teléfono al propietario de la vivienda. Esa llamada le permitió dar con el sujeto al que buscaba, pero también desató las iras del dueño del inmueble, que acompañando a su amigo e inquilino se personó en el cuartel de la Guardia Civil muy alterado porque lo habían molestado mientras comía. Todos los indicios apuntan a que estaba bajo los efectos del alcohol.

La acción se trasladó, pronto, a las puertas de la casa a la que era preciso acceder. La mujer que había requerido la presencia de la Guardia Civil subió, junto con unos agentes y su expareja, al piso. Con ellos no hubo ningún problema, recuerda Manuel. En la calle, el propietario de la vivienda, que estaba acompañado por su hermana, comenzó insultando a gritos a los agentes. Cuando estos quisieron hacerle la prueba de alcoholemia, se negó hasta en tres ocasiones y se acercó amenazante a un agente. Este trató de separarse, pero el agresor lo agarró por una mano y le rompió un dedo. A partir de ahí, se montó una algarabía que reunió en la calle a un buen puñado de curiosos. Los agentes, intentando apaciguar los ánimos de los dos hermanos, recibieron mordiscos y golpes. A Manuel le mordió en el brazo la mujer. La herida, que causaba impresión, le costó a la agresora 400 euros de indemnización. Un dinero que se ha convertido en tres carros de comida -leche, pasta, arroz, aceite y fruta- para los ancianos del asilo de Cambados.