Ni tan amas de casa ni tan rurales

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

M. I.

Las asociaciones de mujeres huyen del estereotipo. Las manualidades ceden ante la zumba y la tecnología

14 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las crearon sus madres y heredaron el nombre y los estatutos pero poco tienen que ver con la realidad actual. Se hacen llamar asociaciones de amas de casas y de mujeres rurales aunque las socias están lejos de ajustarse a este estereotipo. Tanto es así que en las Mulleres Rurais As Saíñas de Castrelo (Cambados) es difícil encontrar a alguien que se dedique exclusivamente a la agricultura así que Leonor Muñiz lo tuvo difícil cuando el Concello le pidió una candidata para entregar los premios del Día de la mujer trabajadora.

Del rural sí, pero pegadas al terruño cada vez menos. La directiva de As Saíñas está compuesta por una administrativa, una cocinera, una abogada, una peluquera, una vendedora de seguros y una hostelera. Esta es la tónica entre sus 189 socias, aunque las veteranas, ya jubiladas, siguen teniendo un papel destacado.

Cambia el perfil de las mujeres y cambia el modus operandi. El grupo de WhatsApp ha sustituido al correo y al tablón de anuncios de la iglesia y los cursos de manualidades y labores están perdiendo protagonismo en favor del Pilates y la informática. «A xente vén por un aliciente social. Precisamente, como moitas traballan, ao final non saben se van poder acabar vindo ás actividades, pero anótanse igual», explica la presidenta, Leonor Muñiz.

La asociación de amas de casa y consumidores O Noso Lar de Vilagarcía es otro exponente de este fenómeno. Los cursos de calceta han dado paso a la gimnasia de mantenimiento, a charlas sobre los derechos de los consumidores y a las excursiones culturales. Y, por supuesto, el teatro, que se ha convertido en una de sus principales señas de identidad.

En O Noso Lar las amas de casa también son minoría. Entre su medio millar de socias hay trabajadoras por cuenta propia y ajena y, por haber, hasta hay hombres. Solo dos. El precursor fue Enrique Martínez, que abrió el camino para que el aterrizaje de Miguel Ángel Cores en este universo femenino fuera como la seda. Ellas les han abierto las puertas y ellos, encantados. A sus 17 años, Miguel quería probar en esto del teatro; en O Noso Lar llevan años sobre las tablas y tiene a su tía como aliada de modo que, ¿por qué no subirse al carro? pensó. «Os homes tamén poden ser amos de casa», apunta el joven.

Poco podía pensar María José Abelenda -una de las pioneras- que aquella asociación que ayudó a fundar iba a lidiar con hombres y con las nuevas tecnologías. Hoy es Ana Cores quien está al frente del colectivo y otras muchas cosas han cambiado. Tienen su sede en el auditorio de Vilagarcía y la asociación colabora con el Concello en numerosas actividades.

Otra de las asociaciones de amas de casa veteranas de la comarca es la del Albariño, en Cambados. Allí el relevo generacional se está realizando más lentamente y las socias mayores de 60 años son mayoría. Pero tampoco falta la empresaria que, como la presidenta Isabel Trigo, rompe el tópico, y profesoras y enfermeras... La oferta de actividades es amplia y variada, pero ocupar las manos no es el único aliciente. «La gente viene por un fin social. Para ver a las amigas, para estar en el mundo y relacionarse. Hay hijas que vienen a inscribir a sus madres para que salgan de casa y se relacionen», explica Isabel Trigo.