Un Xuven sin rebote ni juego interior sucumbe ante el mejor dúo en la pintura de la Liga

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

monica ferreiros

El dominio en las capturas ofensivas del Sammic y las pérdidas liquidaron las opciones cambadesas en una pobre segunda parte de los de Hoyo

07 feb 2016 . Actualizado a las 01:30 h.

Apuntábamos hace unas semanas en estas páginas, en plena búsqueda por el Xuven del pívot dominador que no había hallado en la figura de Michel Diouf, la nececidad de disponer de una pareja interior poderosa para tener opciones de supervivencia en la LEB Plata. La derrota cosechada por el equipo de Miguel Ángel Hoyo frente a un Sammic ISB liderado por el dúo de pívots más potente de la categoría resultó la perfecta prueba gráfica de lo arriba señalado. Con el conjunto cambadés muerto por ahogamiento en las dos balsas de pintura de la pista de O Pombal. Por la tiranía de Jordan Semple y Aleksandar Marcius, pero sobre todo por la blandura de Max Hopfgartner y las limitaciones de Alberto Rodríguez para arropar al novato Adjehi Nonma Baru, al que el equipo amarillo no supo explotar. Y así acabó siendo maniatado, primero, y asfixiado en la segunda parte por un granítico cuadro vasco crecido a base de su escandaloso control del rebote ofensivo y la sangría arousana en forma de una docena de pérdidas de balón, amén del paupérrimo 4/25 en triples local.

El nuevo pívot marfileño del Xuven arrancó con buen pie en su estreno con la camiseta amarilla, como el resto de sus compañeros. Con un parcial de 16-4 de salida que Marcius cortó con su segundo mate de la tarde tras anotar el 4-2 de la misma manera en el que fue el preludio de su dominio aplastante bajo aros. Con ese 16-4 salía Baru de la pista por primera vez en el partido tras jugar los primeros 5,52 minutos sustituido por Alberto Rodríguez. Y fue entonces cuando los de Hoyo perdieron el efecto del descorche del champán. Con un parcial en contra de 0-6 en los 30 primeros segundos de ausencia del refuerzo cambadés merced a un tiro libre, un 2+1 de Semple y un robo en el saque de fondo que Skouen no perdonó. Al final del primer acto, sin embargo, el Xuven mantenía la hegemonía con el refuerzo anímico de una canasta sobre la bocina de Sergi Quintela, ayudado por las ocho pérdidas de balón del Sammic ISB, cierto es, en su mayoría forzadas por su anfitrión.

En el segundo cuarto el Sammic solucionó su problema con las pérdidas, y con ello comenzó a hacer emerger el gran déficit del juego arousano. Un baloncesto que nunca buscó cargar su ataque sobre la zona para desesperación de Baru. No así de un Max indolente en el trabajo de  zapa bajo aro a la caza de canasta, bien solo, bien en asociación con su nueva pareja en la pintura. Un déficit que el cuatro austriaco extendió a su propio tablero, incapaz de frenar al siempre impredecible Jordan Semple con los desajustes e inseguridades que ello ayudó a generar en las filas amarillas.

Claro que el colapso que se empezó a vivir en el Xuven a unos 7 minutos del descanso fue global. Sin ideas, demasiado estáticos, los de Hoyo fueron deprimiéndose más y más con el incremento exponencial en el tiempo de acciones vascas de tiro a canasta con rebote o rebotes, casi siempre con Semple como protagonista, que acababan dentro de su cesta.

Un parcial de 1-13 en la primera mitad del tercer cuarto puso por delante por primera vez al Sammic en paralelo a dos faltas consecutivas de Baru en menos de medio minuto que lo mandaron al banco con tres. Del 43-36 se pasó a un 44-49. El Xuven conseguiría un 49-49 a 1,25 de entrar en un último cuarto con 49-52 de salida. Pero otro parcial, esta vez de 2-12, dejó encarrilado el choque para el equipo vasco a falta todavía de 6 minutos por jugar. Y con el Xuven dando gracias por el paupérrimo acierto rival en el tiro libre, en el que el Sammic ISB desperdició 17 de sus 25 lanzamientos.

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