Las pequeñas que cortaron sus melenas para dárselas «a los niños enfermitos»

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

RAMON LEIRO

Uxía y Alba, dos crías de Vilaboa de 7 y 5 años, donaron su cabello para hacer pelucas para quienes sufren cáncer

19 ago 2016 . Actualizado a las 20:53 h.

«Quiero que se lo cuentes a mi profesora». Alba Rosendo Aroza, una niña de Vilaboa que a sus cinco años pronuncia cada palabra con una corrección pasmosa, lo tiene claro. Está dispuesta a contar algo muy especial que ella y su hermana hicieron este verano siempre y cuando el mensaje le llegue a su maestra. Su madre, al lado, se ríe y la tranquiliza: «En cuanto esta chica escriba en el periódico que Uxía y tú donasteis vuestra melena tu profe ya lo lee también». Pero Uxía insiste varias veces más en que su maestra debe saberlo todo. En realidad, la cría lleva la franqueza en los genes. Su madre, Begoña, demuestra en pocos segundos que ella es de las que también tiene las cosas claras. Sus hijas, la pequeña Alba y Uxía, de siete años, viven en el dulcificado mundo de princesas, hadas y colorines que hoy en día edulcora el día a día de los niños. Pero ella no quiere que crezcan ajenas a la realidad. Por eso, a principios de este estío, cuando estaban pensando en hacerse un corte de pelo, les propuso lo siguiente: «Les dije si querían donar sus melenas para los niños enfermitos. Me preguntaron si se iban a curar gracias a su pelo y les dije que no, pero que con ellas podían tener pelucas. Aceptaron encantadas y las llevé a la peluquería».

En realidad, tan entrañable historia empezó un poco antes. Begoña, la madre de la niña, que vive en una aldea de Vilaboa llamada Santa Cristina de Cobres, había oído que en una peluquería de Ponte Caldelas, llamada Cris Caeiro, se podían donar coletas para hacer pelucas para enfermos oncológicos. Entre eso, y que estaba deseando cortar el pelo a sus niñas y acabar con las peleas matutinas por los nudos del cabello, animó a sus niñas a deshacerse de sus melenas.

En principio, ni Uxía ni Alba tenían muchas ganas de que las tijeras se llevasen por delante sus mechones. Alba, de hecho, nunca se había cortado el pelo y a Uxía no le hacía demasiada gracia quedarse sin su cabellera y no poder parecerse a su admirada princesa Rapunzel. Pero todo cambió cuando su madre les habló de hacer la donación: «Les expliqué que había niños que estaban malitos, con cáncer, y les caía el pelo, y que con el suyo podrían tener otro pelo. Quisieron cortárselo al momento». Así que a la madre no le importó conducir los treinta kilómetros que tiene hasta la peluquería de Cris Caeiro para hacer el corte y sumarse así a la campaña Mechones Solidarios, que recoge pelo para hacer pelucas para pacientes oncológicos. Precisamente, en este establecimiento dan fe de lo contentas que llegaron las pequeñas. Dado que tenían unas melenas considerables, no hubo problema para que cumpliesen el único requisito que se pide a los donantes: que puedan aportar coletas de al menos 20 centímetros de longitud.

«Genial, genial, genial»

Tras el corte, se convirtieron en unas bellezas de media melena. Y, como regalo, se llevaron unos mechones de colorines que les puso Cristina. Eso, y una enorme satisfacción. La resumían bien las dos. Alba, muy efusiva, decía: «Es genial, genial, genial. Quiero a las peluqueras mucho». Uxía, algo más tímida pero igual de contenta, remachaba: «Me gustó mucho, hay que ayudar a la gente. Esa es la verdad», afirmaba ella.

Historias como las de Alba y Uxía, en realidad, está poniendo la carne de gallina a muchas otras peluqueras tanto de Pontevedra como de Arousa. No en vano, hay varios establecimientos que recogen pelo para las pelucas oncológicas solidarias. Y quien lo dona, además de un gran corazón, suele atesorar historias llenas de ternura. «Eu teño aquí agora mesmo unhas sesenta coletas doadas por moitísimas persoas. Chamoume a atención unha clienta, nova, que doou a súa melena antes de perdela, porque tiña cáncer e ía someterse a tratamento», cuenta la peluquera Zaida Gallego desde Marín. Y no le va a la zaga la anécdota que recuerda Josefa Aránega, dueña de una peluquería pontevedresa, la primera en Galicia en apuntarse a las donaciones: «Hay personas mayores que tienen coletas o trenzas guardadas de cuando eran jóvenes. Es muy bonito que te las traigan, el pelo no se desgasta y vale siempre». Aránega cuenta también el caso de otra mujer que, o se rapaba, o no le daba la medida para donar como mínimo 20 centímetros de pelo. Salió de la peluquería con el pelo rapado, por supuesto. Y es que ya lo dijo la niña Uxía: «Hay que ayudar a la gente. Esa es la verdad». Y no se engaña la pequeña.

Nueve peluquerías de Pontevedra y Arousa recogen mechones en una campaña solidaria

Donar cabello es fácil tanto en la comarca de Pontevedra como en Arousa. Solamente en la campaña Mechones Solidarios participan nueve peluquerías -y puede que otras lo hagan en más causas solidarias del mismo tipo-. Lo que hacen estos establecimientos es enviar el cabello -los mechones tienen que tener un mínimo de 20 centímetros- a una plataforma sin ánimo de lucro que confecciona pelucas para enfermos de cáncer. La idea es que, al tratarse de pelo donado, se abaraten al mínimo los costes de fabricación de las pelucas, al parecer bajan hasta un 80%, y los pacientes oncológicos con dificultades económicas puedan acceder a ellas. ¿Dónde están las peluquerías de la campaña de Mechones Solidarios? En la capital pontevedresa recoge pelo Innovat; en Meis lo hace Marta Martínez; Estilismo Tower recoge cabello en sus centros de Sanxenxo y Cambados; en Marín está Zaida Gallego, en Ponte Caldelas Cris Caeiro, en A Illa de Arousa Charol y el abanico de establecimientos lo completan Laura Sande en Cuntis y Osiris en Vilagarcía.

Se puede donar cabello para enfermos de cáncer en general, para niños o para confeccionar la peluca para un familiar o amigo necesitado. A cambio de la donación de pelo, la peluquería se compromete a que el corte tenga únicamente un coste de cinco euros -luego, si se peina, sí se abona aparte-. Los requisitos para entregarlo, más allá de que se trate de mechones de al menos veinte centímetros, son muy básicos. Vale tanto pelo liso como rizo, así como con mechas, permanente o teñido.

La Asociación Española contra el Cáncer también apoya la campaña. En Pontevedra, hizo un llamamiento en Internet, recogió una enorme bolsa de coletas y anteayer mismo se la entregó a la peluquería Innovat, que ahora la enviará a la plataforma.