El reparto de los bancos de libre marisqueo lleva años sobre la mesa y, pese a que algunos pósitos han reabierto el debate, parece que continuará. Reparto o no, lo que sí parece necesario es atajar de una vez por todas la falta de productividad que padecen las concesiones libres de la ría arousana. Son cientos las familias que viven de la explotación de los recursos y tendría consecuencias socialmente muy negativas que el bivalvo desapareciera definitivamente de estas zonas. Las ayudas no sirven, porque Os Lombos se cerró en enero y los afectados todavía no han cobrado.
El reparto de las zonas de libre marisqueo siempre ha encontrado defensores y detractores y, esta vez, no es una excepción. Los pósitos de Cabo de Cruz y A Illa se encuentran entre quienes rechazan la propuesta. La patrona mayor crucense, Raquel Souto, explica que la entidad abordó el asunto en una reunión y la mayoría de los asistentes se mostraron contrarios. Explica que la oposición se fundamenta en lo alejadas que les quedan las zonas de trabajo y la dificultad que entrañaría para el pósito tener que ocuparse de su control: «Non nos chegan os vixiantes para controlar as nosas zonas». A esto se sumaría el hecho de tener que efectuar siembras y limpiezas.
Tampoco le gusta la idea al dirigente de A Illa, Juan Rial Millán. Su rechazo es conocido por sus homólogos de Arousa norte, quienes afirman que eso tampoco debería ser un impedimento para que, si existe una mayoría favorable, pueda abordarse de una vez esta cuestión y sacar más provecho a los bancos.