La playa también es para los hombres

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

Aunque es carrilexo, José Juan Fernández encontró un puesto en las playas de Vilanova.
Aunque es carrilexo, José Juan Fernández encontró un puesto en las playas de Vilanova. mónica irago< / span>

Según los últimos datos, el 8 % de los pérmex de marisqueo a pie son de varones

12 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El marisqueo a pie siempre ha sido cosa de mujeres. Sin embargo, la crisis ha llevado a los hombres a intentar conquistar un espacio de trabajo al que, hasta entonces, no le habían prestado atención alguna. En las últimas convocatorias de pérmex lanzadas por las cofradías de Arousa, muchos varones probaron suerte. Y muchos se incorporaron, finalmente, a las agrupaciones de a pie. Es el caso de O Grove, donde «a última vez que entraron novos socios, a metade eran homes». En la península meca, de los 411 pérmex que estaban en vigor el 31 de diciembre del año pasado, 61 son varones. Tanto es así, que en las cofradías se han apuntado al uso del @ cuando tienen que hacer una convocatoria para ese colectivo.

En total, en la zona sur de Arousa hay 1.236 pérmex de marisqueo a pie, de los cuales 108 corresponden a varones. Y, si se mantiene la tendencia, aún serán más cuando finalice el año, ya que a medida que se vayan jubilando las más veteranas de la playa y dejando huecos, las cofradías tirarán de las listas de reserva y en ellas figuran, aún, muchos nombres de varón.

En términos absolutos, O Grove es el puerto en el que más hombres se han incorporado a esta actividad, en la mayor parte empujados por un mercado laboral hostil. Los varones son el 14 % de la agrupación de a pie. En Carril, con 10 hombres entre 83 mujeres, estos representan el 12 %. En Cambados (202 socios) hay también 10 varones, siete en Vilaxoán (59 socios), y solo dos en A Illa, donde siguen representando una gota en un océano de 251 mujeres.

«Yo, por mí, me sacaría el pérmex de a flote, porque esto para mantener a una familia no da»

A José Juan, un accidente de tráfico le cambió la vida. El estar temporalmente fuera de servicio le costó su puesto de trabajo y se vio empujado a la cola del paro. Por eso, cuando recibió una llamada para proponerle hacer un curso de mariscador, no se lo pensó dos veces. «Era un curso en el Igafa. Yo hubiese preferido hacerlo para rañeiro, pero de aquella no sabía nadar y no pudo ser». Así que decidió prepararse para ser mariscador de a pie, una actividad con fama de ser cosa de mujeres. «Tuve tan buena fortuna que nada más acabar el curso, me llamaron para decirme que había vacantes en Vilanova», narra este hombre, vecino de Carril. Desde hace dos años es socio de esta cofradía, y se siente en las playas, entre sus compañeras, como si estuviese en casa. «La verdad es que desde el principio me trataron muy bien. Nos acogieron con mucho cariño, y al principio, cuando teníamos más problemas para coger el tope, nos echaban una mano». Javier Salazar es mariscador de a pie, pero en las playas de O Grove. También señala el buen recibimiento que le brindaron sus compañeras en la arena. A él, que le costaba trabajo diferenciar una japónica de una babosa, «me explicaron todo y me ayudaron muchísimo». Pero volvamos a José Juan y a su historia. Ha aprendido a nadar. Y por esa razón acaricia la idea de hacerse con un pérmex de marisqueo a flote. No es que el sector del raño esté muy boyante, pero es que «el marisqueo a pie no da para mantener a una familia». Pero «es lo que hay. Con 44 años que tengo, ¿dónde voy a ir?».