Pocos pasajeros pero satisfechos

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

El bus a Rubiáns da un buen servicio a los usuarios de Vilagarcía, pero los enlaces a la comarca son insuficientes

05 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A las doce del mediodía, Benito, Dolores y Amparo esperaban el bus que debía trasladarlos desde la marquesina situada a la altura del Altamira (Ande-Rubiáns) al centro de Vilagarcía. Venían del Hospital do Salnés; Benito y Amparo eran ya asiduos del servicio, pero ayer fue la primera vez que Dolores hacía uso del transporte público. «Antes traíame o meu fillo, pero agora traballa e non pode», se lamentaba.

Dolores es de A Illa, así que para poder ir al especialista al hospital, tuvo que coger un autobús por la mañana hasta la estación de Vilagarcía, donde enlazó con otro de la línea regular a Pontevedra que lo dejó delante del Altamira. Cuando salió, arriesgó su vida cruzando la N-640 ante un cambio de rasante y sin paso de peatones. Como hacen todos los pacientes que al salir del centro sanitario cogen el camino que hay junto a Fundiciones Rey y bajan a la carretera general para subirse al bus. Toda una temeridad, pero en viales de esas características, el Ministerio de Fomento se resiste a colocar pasos de cebra. Como es novata en el recorrido, Dolores ni siquiera sabía a qué hora pasaba el bus. Hasta que llegó Amparo. «Sae de Pontevedra ás doce -informó-, pero á hora que pasa por aquí non se sabe, depende de as paradas que teña». En todo caso, todavía les quedaba a ambas un buen rato de espera. A ellas y a Benito, que se sumó a la comitiva mientras, en la acera de enfrente, el bus de Núñez Barros paraba y dejaba a tres pasajeros; dos iban al hospital.

Amparo va siempre al hospital en bus. «Para min é moi cómodo, pasa un cada hora, e como vivo en Vilagarcía no teño problema». Lo mismo le pasa a Benito, que cree que con una frecuencia cada hora es suficiente. «Está ben, porque ademais fai unha parada no bar Campos e outra en San Roque, antes de ir á estación». La única que no estaba tan satisfecha era Dolores, que ya se estaba arrepintiendo de no haber cogido un taxi. «Xa non vou coller o bus para A Illa ata a unha, paso toda a mañá aquí».

El Concello de Vilagarcía estudia con la empresa Benito Abalo la mejora de las frecuencias al hospital, teniendo en cuenta que hay muchas personas mayores que carecen de coche para ir al centro sanitario. La administración local parte de la idea de que con un mejor servicio se ganarían usuarios, pero quienes esperaban ayer el bus en Rubiáns no están tan convencidos. «O que ten coche, ven en coche, que é máis cómodo», decía Dolores.

En medio de la conversación, llegó un microbús de la empresa Abalo y la conductora los invitó a subir. No era el que esperaban procedente de Pontevedra, pero también los llevaba a Vilagarcía. «Eu veño de Caldas», aclaró la chófer.

Nada más partir, un cuarto pasajero llegó a la marquesina procedente del hospital. No cogió el de Caldas por los pelos. «Bueno, tendré que esperar el de Pontevedra -dijo resignado-. Ya no creo que tarde». Pepe, que así se llamaba el cuarto pasajero, afortunadamente disfruta de buena salud y no va mucho al hospital, pero ahora tiene a una amiga internada y acude todos los días a verla. «El primer día vine en taxi, pero son nueve euros de ida y nueve de vuelta». Así que probó el bus, y quedó encantado. «Yo creo que funciona muy bien, pero para ir a Vilagarcía, claro, o a Vilanova, que puso servicio propio y pasa por las parroquias».

Mientras Pepe esperaba el suyo, otro autobús se metió por el vial trasero de Fundiciones Rey, que va a la puerta del hospital. Se trata del servicio directo que la empresa Núñez Barros pone ex profeso para los usuarios del hospital, con un servicio a las 11.10 horas y otro a las 12.15 horas. Sale de la estación de autobuses, deja a los pasajeros en el hospital y recoge a los que a esa hora salen del médico. A ese se subieron unos cuantos más que al que pasó por la carretera nacional.

Mejora del servicio

El Concello de Vilagarcía está analizando con la empresa Benito Abalo -ahora propietaria también de la flota de Núñez Barros- la mejora de las frecuencias y del servicio al Hospital do Salnés a fin de ofrecer a los ciudadanos un transporte público eficaz y barato para cuando tienen que ir al médico. De ahí la necesidad de pulsar la opinión de quienes ya lo utilizan. Y la conclusión a la que se llega después de hablar con ellos es que no es Vilagarcía la que tiene mayores carencias. La línea regular a Pontevedra ofrece un servicio a cada hora, a los que hay que sumar los dos buses específicos del hospital, los que llegan procedentes de Caldas y el que puso en marcha el Concello de Vilanova; en total, unas veinte frecuencias al día, tanto para la ida como para la vuelta.

El problema está en los enlaces con otras líneas; es decir, los que van al hospital procedentes de A Illa o de Cambados y que tienen que coger dos buses a la ida y otros dos a la vuelta, con escasas conexiones entre ellos; en este caso, invertir la mañana en ir al médico se hace inevitable. Quizás soluciones como la que puso en marcha el Concello de Vilanova, con un servicio propio, deberían extenderse a otros ayuntamientos.

El otro gran inconveniente es el acceso. Al margen del servicio directo al hospital, los demás buses hay que cogerlos en una carretera nacional tras un tramo de unos cien metros por un camino sin asfaltar, que no parece lo más adecuado para las personas mayores, y más teniendo en cuenta la ausencia del paso de peatones que pone en riesgo la vida de todos los pasajeros.

transporte público al hospital do salnés

«Saín de casa ás nove da mañá e non sei a que hora vou volver, non vou coller o coche ata a unha da tarde»

Dolores

«El primer día vine en taxi, pero son nueve euros la ida y nueve la vuelta. Yo creo que el bus funciona bien»

Pepe