Cofradías, bateeiros y la PDRA piden la retirada del documento y reclaman a los grupos políticos que se posicionen en contra
13 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El anteproyecto de la Lei de Acuicultura presentado por la Consellería do Mar ha generado una ola de oposición en la ría de Arousa. Cofradías y agrupaciones de mejilloneros, además de presentar alegaciones individuales a este texto, han unido fuerzas y, sobre la estructura de la Plataforma para a defensa da ría, han lanzado un frente «de defensa do noso traballo, da nosa forma de vida». Así lo dijeron ayer en la lonja de Carril representantes de casi una veintena de colectivos vinculados directamente con la explotación de los recursos marinos.
El acto, más que otra cosa, era una demostración de unidad. Patrones mayores y mariscadoras, bateeiros y parquistas, flanquearon a Xaquín Rubido, el portavoz de la PDRA, mientras este exigía, en nombre de la ría, la retirada del texto. Para que esa reclamación vaya adelante, iniciarán la búsqueda de apoyos en todas las esferas. Aprovechando que estamos en campaña electoral, esta semana citarán a los cabeza de lista por las provincias de Pontevedra y A Coruña de todas las formaciones políticas, a fin de exponerles sus inquietudes y exigirles una oposición tajante al texto.
¿Y en qué justifican ese rechazo? Como un coro perfectamente afinado, los representantes de los distintos colectivos tomaron la palabra para apuntar las razones de su no a la Lei de Acuicultura. «Porque o que fai é poñer as bases legais para a acuicultura industrial masiva. Hai xaponeses, canadenses e noruegueses mercando empresas españolas. Van introducirse aquí, copar o mercado e eliminar aos seus competidores», dijo, abriendo fuego, la vicepatrona de Cambados María José Cacabelos. «Esta lei está escrita ao ditado dos lobbies da acuicultura, para destruír o tecido produtivo artesanal e, nunha palabra, privatizar o mar», señaló la patrona de Vilanova. «Non é froito do diálogo coa xente do mar, e non garante o noso futuro», remachó la representante de Cabo de Cruz. «Non se valora a riqueza que xeneran os produtos tradicionais, nin se recoñece que estes son sostibles e ecolóxicos», indicaban los mejilloneros de Illa de Arousa. «Favorece a degradación do medio mariño», «establece un réxime sancionador desproporcionado». La lista de reproches es larga.
La conselleira do Mar insiste, una y otra vez, en que todas estas acusaciones son falsas. Que la Administración ha redactado este documento para «abrir portas» para que, quien quiera dar el paso hacia la acuicultura, pueda hacerlo. Dice, también, que en la ría ya hay acuicultores: bateeiros, parquistas, e incluso las mariscadoras, que cada vez cultivan más el mar. Desde el sector replican marcando diferencias: nada tiene que ver el cultivo de mejillón o la siembra de almejas con otros modelos que «queimarían a ría».